TARIK Y LA FÁBRICA DE COLORES - El hueso y la carne (Mushroom Pillow, 07)
El cordobés Álvaro Muñoz vuelve a la palestra (sólo) dos años después del magnífico Sequientialee con un album más honesto, más personal y entero en castellano. Pero por suerte, su máquina de pop sigue facturando canciones a buen nivel.
El regreso anunciado en MySpace con el anticipo "Vuelva a los colores" apunta a un album más optimista, pero las notas de prensa hablan de guitarras más desgarradas. Aunque parezca un album menos receptivo a primera escucha, uno se alegra al comprobar que al tiempo las canciones crecen a niveles insospechados. En los textos, incluye más carga emocional que de costumbre, no sólo tocando el tema de amores/desamores, sino también tratando a la muerte y al paso del tiempo. Madurez y honestidad. Homogéneo y diverso al mismo tiempo.
El Álvaro Muñoz de "El hueso y la carne" mantiene intacto el olfato pop del lote en castellano de Sequentialee. A las "Velvet Suicide", "Vengan los amantes", "Porque es domingo" y "Oyendo canciones" podemos sumar aquí otra tanda: "Anticipo", "Tiene que pasar", "Agosto, por ejemplo" y mi preferida, "Tormenta esta noche". Grabado en el Refugio Antiaéreo, se beneficia de una producción más austera, sólo salpicada de forma exquisita por el hammond (de Banin).
Las guitarras protagonizan "Nadador", las planetarias "Antes de la niebla" y "Subir al tren" (la más floja a mi gusto), y "La ascensión de Lupo", que puede recordar a los Chucho más punkarras. Sin embargo, el poso Tarik se hace patente en sus letras, tan crípticas y terrenales, manejadas con un estilo exclusivo a su persona. Pero también se refleja en su música, por mucho que beba de gente como Lennon, Bowie, Wilson, Costello o Davies. Lo ratifican cosas como "Fontaine, Fontaine", que sólo podrían salir de sus manos.
Un servidor no cree que la fábrica de Tarik haya vuelto a los colores, sino más bien que al ramillete que ofrecía en Sequentialee, se le suman un blanco y negro necesarios. Un puñado de vísceras que entroncan directamente con el pasado más lejano de la banda, y nos devuelven a un compositor seguro de sí mismo, tan completo como recomendable.
Por Zeta (It´s only pop but i like it...)
El regreso anunciado en MySpace con el anticipo "Vuelva a los colores" apunta a un album más optimista, pero las notas de prensa hablan de guitarras más desgarradas. Aunque parezca un album menos receptivo a primera escucha, uno se alegra al comprobar que al tiempo las canciones crecen a niveles insospechados. En los textos, incluye más carga emocional que de costumbre, no sólo tocando el tema de amores/desamores, sino también tratando a la muerte y al paso del tiempo. Madurez y honestidad. Homogéneo y diverso al mismo tiempo.
El Álvaro Muñoz de "El hueso y la carne" mantiene intacto el olfato pop del lote en castellano de Sequentialee. A las "Velvet Suicide", "Vengan los amantes", "Porque es domingo" y "Oyendo canciones" podemos sumar aquí otra tanda: "Anticipo", "Tiene que pasar", "Agosto, por ejemplo" y mi preferida, "Tormenta esta noche". Grabado en el Refugio Antiaéreo, se beneficia de una producción más austera, sólo salpicada de forma exquisita por el hammond (de Banin).
Las guitarras protagonizan "Nadador", las planetarias "Antes de la niebla" y "Subir al tren" (la más floja a mi gusto), y "La ascensión de Lupo", que puede recordar a los Chucho más punkarras. Sin embargo, el poso Tarik se hace patente en sus letras, tan crípticas y terrenales, manejadas con un estilo exclusivo a su persona. Pero también se refleja en su música, por mucho que beba de gente como Lennon, Bowie, Wilson, Costello o Davies. Lo ratifican cosas como "Fontaine, Fontaine", que sólo podrían salir de sus manos.
Un servidor no cree que la fábrica de Tarik haya vuelto a los colores, sino más bien que al ramillete que ofrecía en Sequentialee, se le suman un blanco y negro necesarios. Un puñado de vísceras que entroncan directamente con el pasado más lejano de la banda, y nos devuelven a un compositor seguro de sí mismo, tan completo como recomendable.
Por Zeta (It´s only pop but i like it...)
1 comentario:
Tenéis razón, es un discazo que crece a cada escucha. ¿Qué habría pasado si hubieran hecho un disco igual que Sequentialee? Muchos no se lo habrían perdonado, por mucho que nos gustara aquel trabajo. Han tenido la valentía de cambiar el aire y han vuelto a dar en la diana, lo que tiene doble mérito. La mayoría de los grupos españoles suelen sonar igual de un disco para otro, pero Alvaro no se corta en darnos un conjunto de canciones maravillosas y cristalinas como Porque Es Domingo o A Balón Parado, y dos años más tarde hacer un álbum crudo y visceral como El Hueso y la Carne... ¡igualmente fantástico o más que el anterior!
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