miércoles, 13 de octubre de 2010

DISCOGRAFÍA RECOMENDABLE. NEIL YOUNG

NEIL YOUNG
Le Noise
(Reprise, 2010)
Hay costumbres que no por cotidianas dejan de ser extraordinarias, auténticos placeres de los que es imposible hartarse. Un hecho que a lo largo de tantos años se ha convertido en una bendita costumbre es tener nuevo disco del coloso canadiense cada poco tiempo. Además, no sólo hay que celebrar su inagotable capacidad creativa, también la valentía y el pulso con el que se mete y sale de proyectos tan personales como Le Noise, un proyecto innecesario, arriesgado y genial.

Para ello, el tito Neil se alía con el productor Daniel Lanois y entrega uno de sus mejores discos en años. Grandes canciones y magníficas melodías ejecutadas impecablemente es lo que se puede encontrar en Le Noise. El sonido de las guitarras que este señor puede sacarse de la manga es único, nadie galopa como él entre distorsiones ya sea acompañado o en solitario como es el caso y Lanois lo sabe, explotando ese trepidante sonido para crear paisajes sónicos bárbaros.

El disco se abre con "Walk with me" perfecta introducción a lo que va a ser el sonido del disco, sombras, ángulos, oscuridad… en la que Neil recita un desolador: “I lost some people I was travelling with me”, verso que con la reciente pérdida del bueno de Ben Keith, duele. "Sign of Love" continúa la senda abierta, un buen tema impregnado de tonalidades que no desentonarían en aquella maravilla llamada Ragged Glory.

El tercer corte, "Someone’s Gonna Rescue You" comienza con un vertiginoso riff marca de la casa, a partir de este punto el disco me parece una delicia y cuando llegamos a "Love and War" ya es irrebatible que lo ha vuelto a hacer. "
Love and War" es un tema acústico arrebatadoramente hermoso, en un principio el disco entero iba a ser acústico, imagino que en esta línea, ni que decir tiene que hubiera sido una preciosidad de pero la obra que han conseguido enhebrar finalmente Lanois y Young me parece un obra única, especial y excelente. Una macabra banda sonora que quedaría genial por ejemplo en un film como La Noche del Cazador. Terroríficos recovecos, paisajes en blanco y negro apabullantes, voces de ultratumba, electricidad desbocada, lo dicho, una barbaridad.


Esa electricidad desbocada luce impresionante en los siguientes cortes "Angry World" y "Hitchhiker", esta última solía tocarla en los tiempos del Harvest Moon en acústico y en ella Mr. Young revisa su pasado y su relación con las drogas. "Peaceful Valley Boulevard" es la otra canción acústica que presenta Le Noise. 7 evocadores minutos de los que podemos decir es una de las mejores composiciones que ha sacado en décadas donde Neil canta cuidadosamente llegando a acariciar almas. Completa y cierra la atmosférica y angustiosa "Rumblin’".

No puedo dejar pasar la ocasión al hablar de Neil Young de recomendar una visita a ese gran bar que es el HEY HEY MY MY, que han abierto unos colegas de puta madre, en la calle Azacayas
de Granada (entre Gran Vía y calle Elvira). Porque un local con ese nombre, ese logo y la gente que lo lleva es un lugar a reivindicar. Porque un sitio donde te recibe Hank Williams, en donde se rinde tributo a Kris Kristofferson, los Cramps o Willy DeVille es un sitio especial, un lugar donde las mesas te miran con portadas como el American Beauty de los Grateful Dead o el At Fillmore East de los Allman está llamado a ser un sitio donde disfrutar de los grandes placeres de la vida, donde coleccionar vivencias y experiencias. Un sitio fetén donde la cerveza sabe mejor.





Volviendo al Neil Young de carne hueso, al mito y leyenda, es un verdadero lujo que siga entregando discos cada poco y si son como Le Noise la experiencia es una auténtica maravilla. El reverb si reverb dos veces bueno.




Por mED Vega (Provolone)


CRÓNICA. INTERPOL


INTERPOL
Sala Industrial Copera. Granada
(28/09/10)


Precisamente por la época que Interpol debutaba con el brillante Turn on the Bright Lights nos conocíamos los 4 irresponsables de este blogzine. Quede claro que los responsables de la periodicidad de las actualizaciones son los cojones de Don Zeta, pero volvamos al inicio, a los días en que se fraguó nuestra amistad… Si bien las primeras conversaciones giraban en torno a la Velvet, Primal Scream, Green River, los Beach Boys, Happy Mondays, Joy Division, Mogwai, Slint y los Chichos hubo un debú ese año que nos encandiló a los 4 y nos unió una barbarie, y ese fue, claro, porque si no esto no tendría puto sentido, el de Interpol. Incluso todos fuimos a comprarlo en la extinta Stereo de la Plaza de los Lobos… donde solía estar el Segunda Edición en el cual más de una copa y más de un Ginger Ale sirvió el bueno de Sithbass...

Pues 8 años y unas horas después de todo esto la banda neoyorkina se acercó a Graná para dar un concierto impecable que sirvió para reconciliarnos con ellos. Reconciliarnos porque su trayectoria deja mucho que desear tras lo apuntado en aquel magnífico debú y Antics, su notable continuación. Claro que sonando como sonaron y cumpliendo como cumplieron se han ganado nuestro respeto, que no es mucho pero que poco más tenemos para dar.

Acompañados por el inefable David Pajo (ex- añada lo que quiera que seguro ha tocado con ellos) al bajo en sustitución de Carlos D. y por Brandon Curtis (The Secret Machines) a los teclados la banda sonó clara y cristalina presentando su cuarto trabajo, Interpol, típico disco de vuelta a los orígenes tras un paso en falso que para constatar más aún el hecho de esa recuperación de principios incluso se llama como la misma banda, anda que no hay de esos…

¿Qué pasa, Payo?

Empezaron con "Success", primer corte del ya citado homónimo. En ese momento ya era impresionante la buena imagen que lucía la Industrial Copera, llena a más no poder, allí no cabía un alma ni colgada del techo. No cabía ni un pepino en el culo de un cura.

El sonido fue sobresaliente, en especial a partir de la segunda canción, "Say hello to the Angels" y poco importa que la banda no sea precisamente la alegría de la huerta ya que salvo algún aspaviento del guitarra, Daniel Kessler, esa gente no se mueve ni para apartarse porque clavaron cada tema que ofrecieron a la entregada audiencia…

Paul Banks, cantante y guitarra, hizo gala de un más que decente castellano y brindó al respetable arengas nunca antes escuchadas del tipo: “sois el mejor público que hemos tenido”. Con todo al chico se le ve una educación y un saber estar encomiables, amén de más de un gesto, mirada y posturita facial made in Vedder. Pero volvamos a la música, Miguel, volvamos al pastel. Buen repertorio, todo en su sitio, nitidez y profesionalidad y un poco de todo y un mucho de lo bueno. Presentaron temas nuevos como "Lights", "Barricade", "Try It On" o "Summer Well", no faltaron concesiones su insustancial tercer disco Our Love to Admire ("Mammoth" y la plomiza "Rest My Chemistry") y los momentos Antics fueron de los más celebrados: "Evil", "Not Even Jail", "Slow Hands", entre otras…

Como no podía ser de otra forma lo más destacado tanto para Zeta como para un servidor fue cada copla de su debú que iban dejando caer, siendo el fin de fiesta absolutamente arrebatador, cerraron el setlist principal con un "Obstacle 1" tremebundo para luego cascarse unos bises soñados. Empezando tranquilitos con la deliciosa "NYC" para pegarnos un achuchón de los buenos con el que es mi tema favorito de ellos, la hermosura de "Stella Was a Diver and She Was Always Down" que desembocó en el ya nombrado "Slow Hands". Tras la cual se retiraron para después volver y marcarse un "PDA" de puta madre.

A jierro con el postpunk

En fin, gran concierto de una banda que a pesar del fiasco de su discografía más reciente (aunque el último aguanta mejor el tipo que el anterior) en directo son un seguro y están viviendo un momento importante, abriendo para U2 en esa megagira de 360º y 4 patas.

Puede que hoy día, nosotros 4, sólo rindamos culto común a Howlin’ Wolf pero hubo un momento crucial en nuestra amistad y estos chicos algo ayudaron a forjarla. Es que ahora con tanto tuenti, tanto Facebook y tanta polla parece muy sencillo conocer gente, en aquellos tiempos uno empezaba a hablar con su compañero de clase (que luego le presentaría a su gemelo loco) gracias a la música que escuchaba generalmente y a los dibujos de Green River que ilustraban su carpeta principalmente…


Por mED Vega (Hey Hey My My…where everyboy knows your name)

jueves, 12 de agosto de 2010

CRÓNICA. CHRIS ISAAK EN ATARFE

CHRIS ISAAK
Centro Cultural Medina Elvira
Atarfe. Granada
(03/07/2010)


Pocos, muy pocos fueron los privilegiados que se acercaron al concierto que cerraba la gira española del majestuoso crooner, showman y rockero californiano, Chris Isaak. ¿Razones? Al parecer muchas. Pero no voy a entrar a analizarlas porque lo importante es que el que allí estuvo vivió algo mágico. Un par de horas fantásticas en un show que lo tuvo todo, un entertainer, músico y cantante arrollador en un momento de forma escandalosamente soberbio, una banda maravillosa y extenuantes cargas y descargas de emoción, diversión y por encima de todo rocanrol. Rock & Roll de una calidad y elegancia como no hay otra igual.

En un principio esta historia iba a tener otro marco, el Coliseo Ciudad de Atarfe, e iba a contar con Arizona Baby y los Coronas como teloneros o eso decía mi entrada. Pero la venta de localidades no acompañó, nada de escuderos y el evento acabo trasladándose al Centro Cultural Medina Elvira, y aquí y ahora me quito el sombrero ante quien proceda ya que lo fácil hubiera sido cancelar la función y en lugar de esa medida tuvimos la suerte de presenciar a semejante artista en la máxima intimidad y con una acústica que se me antoja imposible de reproducir en una plaza de toros. Bravo.


No recuerdo la hora en que Zeta, Cass y un servidor nos posicionamos en primera fila y eso que la pregunté dieciocho veces, tampoco recuerdo la cantidad de veces que subí y bajé las escaleras del recinto para adquirir una copia para cada uno de nosotros de su último disco que más que disco es un discazo, Mr. Lucky, del que ya se habló largo y Tendillo en esta santa casa, como yo ya lo tenía compré uno para Sithbass que no pudo asistir porque (…), lo que sí recuerdo es como a eso de pasadas las 10 de la noche Isaak y su banda irrumpió al ritmo de "Lonely with a Broken Heart" y desde ahí hasta el final todo resplandeció. Chris Isaak vestía traje burdeos pero ante todo calzaba una voz que no es de este mundo, o al menos no es de esta época, en un estado de gracia abrumador, desde ese pistoletazo de salida se presagiaba una noche antológica. De seguido se marcó un "Dancin’" estratosférico, donde la atmósfera de su disco de debut, Silvertone, tomó forma y fondo, magia ¿será esto que sentíamos lo que se sentía en la época dorada de los Sun Records? ¿Realmente existe alguien sobre la faz de la tierra más impregnado del espíritu de Roy Orbison o Elvis que el bueno de Chris Isaak? Tal vez juntando las bolas de Dragón podríamos responder a esto con objetividad pero vivido lo vivido yo tengo más que claro las respuestas.

"Two Hearts" y "Somebody’s Crying" completaron un póker inicial sin contemplaciones. Tras las cuales, Isaak, se dirigió al publico por primera vez mientras aconsejaba a su guitarrista, Hershel Yatovitz, que mirase fijamente a las féminas y tocase algo bonito, así abordó "Love Me Tender", para la cual se bajó al patio de butacas para cantar entre la audiencia. El Love Me Tender del Rey, el Love Me Tender que Sailor le cantaba a Lula, pero qué preciosidad, qué enormidad mare meva…


De vuelta al escenario rocanrolearon y bailaron con una coreografía que no por estudiada y trabajada deja de ser espontánea y divertida. En ese momento ya estábamos todos de pie y junto al escenario tal y como había pedido él. Chris tenía ganas de marcha, era su última cita en suelo español, y quería una gran fiesta y si bien es cierto que en sus temas más rockeros y bailongos este señor transmite y mucho cuando saca su lado calmado e intimista desgarra, así cuando le llegó la hora a su "Wicked Game" demostró que ha nacido para reinar en los escenarios sin importar el palo pero cuando le toca acariciar fibras sensibles es inalcanzable. Que un tema tan explotado y parodiado llegue a alcanzar las cotas de emotiviad, dramatismo y honestidad que Isaak le insufló es sencillamente magistral. No sonó a obligación más bien fue una radiografía de su propia alma. Si en "Wicked Game" el que se muestra vulnerable es él en la que le siguió, "Go Walking Down There" el que se llevó el machetazo fui yo mismo, así cuando cantaba: “Look at all you lucky people, think of all the things you do. Look at all you happy people, wish I could be like you” me dolía, me lo creía tanto que sufría por él, reflejo de la pasión y el saber hacer de Chris Isaak allí estaba yo pasándolo mal porque el buen hombre cantaba que no disfrutaba como nosotros. Si cuando dice mi santa madre que estoy tonto con la música lleva razón. Por suerte luego se hizo un "Best I Ever Had" de aúpa y me animé.

Pocas concesiones a Always Got Tonight, tan sólo "One Day", de mis favoritas y "Worked It Out Wrong" esta revisitada en plan gospel que hizo las delicias del respetable, vaya, como todas. Tras la cual, la banda, bandaza, se sentó en banquetas rodeando a Isaak también sentado y realizaron una algo más íntima, si cabe, interpretación de varios temas con mención especial al clásico corrido mejicano "La Tumba" será el final en castellano. Lo dicho, lo que le echen, este tipo es un crack.

Que el show está estudiado, desde los bailoteos de la banda a las subidas y bajadas de intensidad es algo evidente y más aún cuando antes de atacar una versión del "I’ll Go Crazy" de James Brown se contó una anécdota que horas antes mientras veíamos el palo germano a Maradona nos relató de pé a pá un buen amigo y mejor asaltabarras que ya había visto a Isaak en el bolo que dio en el reciente Azkena. Pero, ojo, que no por ello se pierde un ápice de frescura y comicidad en lo que hacen, que esta gente es muy buena.

Antes de vestirse de barbaridad, Isaak desgranó un "You Don’t Cry Like I Do" acojonante y un "Baby Did a Bad Bad Thing" apoteósico. A un servidor no le quedaba baba ya.


Pequeño paseo al camerino y sale con su traje de espejos, qué pasada, ¿a quién le puede quedar eso bien? Pues a Chris Isaak, claro que sí y además lo hizo cantando un "Blue Hotel" más fino que el Johnny Walker Black Label.
El primer bis lo completaron "San Francisco Days" y una versión tan esperada como ENORME del "Pretty Woman" de Orbison, tan grande como este mundial. Finiquitó con "Blue Spanish Sky", no tengo palabras para describir ese momento. Sublime.


En el segundo bis Isaak aprovechó para subir a algunas señoras y señoritas al escenario para que bailasen a lo granadino que no estamos en Las Vegas, con cameo de "Superfreak!" incluído. Ojo, que no me refiero a nadie en especial, me refiero a la canción, "Superfreak!" la pueden encontrar al final de Pequeña Miss Sunshine por ejemplo.

En definitiva, una noche inolvidable, un concierto fabuloso, excelso e inmejorable. Ni siquiera yo esperaba algo tan enorme. En la noche que ganó la roja nosotros fuimos azules, para siempre azul.

Aprovecharé para agradecer desde el palco del Serie B el buen hacer y la amabilidad de Celia Musiserv que me cambió la entrada casi a última hora y así pude situarme tan cerca del gran Isaak que ahora hasta tengo muestras de ADN del californiano.





Por mED Vega (Speak of the Devil)
Fotos por Cass

sábado, 7 de agosto de 2010

GROOVIELAND. THE BEACH BOYS, MUCHO MAS QUE UN GRUPO DE SURF.


LOS BEACH BOYS SON MUCHO MAS QUE UN GRUPO DE SURF.
TODO MÁS. NADA ES LO QUE PARECE



1961. The Beach boys: Carl, Dennis y Brian Wilson. Verano interminable. All summer long (1964). Abusos de un padre autoritario que deja medio sordo a Brian a los dos años. American way of life. Chicas. Olas. Surf. Coches. Surfin USA. The Beach Boys: Al Jardine, Mike Love y Bruce Johnston. California 60’s.Buenos chicos. Hedonismo. Exquisitas armonías vocales. Diversión. Surfin safari. Triunvirato pop americano por excelencia: The Byrds, Paul Revere & the Raiders y The Beach boys.


Today (1965). The Beatles: Rubber soul (1965).The Beachs Boys: Pet sounds (1966). Obra cumbre pop mundial. Nadie ha llegado a tanto. Siempre entre los 2 ó 3 mejores discos de rockandroll de la historia. Elogios. Paul Mcartney: “The Beach Boys = Dioses y Brian Wilson = el mayor genio de la sinfonía pop”. Locura. Esquizofrenia. Genialidad. Drogas. Wall of sound. Phil Spector. God only knows. Drogas. Locura. Arena playera en el estudio de grabación. Drogas, Locura. Esquizofrenia. Paranoia. Reclusión en el estudio de grabación. Peleas interminables con Mike Love. Nadie entiende a Brian. Ni él mismo. Capitol se desespera. Graves problemas económicos. Casco de bombero. Drogas. Mucho LSD. Van Dyke Parks abandona. No puede más.



1966. Smile no aparecerá jamás. Depresión. Good vibrations, bad times. Drogas. Gurús orientales. Sargent Peppers (1967). Locura. Años de postración en la cama. Esquizofrenia. Tragedia. Asesinato. Charles Mason. Helter Skelter. Sharon tate. Roman Polansky y Dennis Wilson. Bancarrota. ¿Alguien se acuerda de la mayor banda de los USA hasta 1967? Demasiadas drogas. Obesidad. ¿Y qué cuando se tiene tanto talento? Otras dos obras magistrales: Smiley smile (1967) y 20/20. (1969).



Internados hospitalarios. Psiquiatras. ‘Till I die. Aun así: Sunflowers (1970) y Surf’s up ( 1971) son extraordinarios. Cool cool water. Transporte pieza a pieza del estudio de grabación de California a Holanda. Persiste la locura con tal de conseguir la inspiración perdida. Peter Buck (REM): “Love You ( 1977) es tan bueno como Sunflowers, jodidamente bueno”. Tragedia. Dennis muere ahogado en 1983 en el día de los Santos Inocentes tras desayunarse una botella de vodka y zambullirse en las aguas heladas del pacífico. Carl también muere. De cáncer. ¿Existe algún grupo con más memorabilia trágica? Definitivamente, nada es lo que parece.


2004. FIB. Brian Wilson. Justicia con el artesano pop visionario más grande del siglo XX. Ultimas gotas de genialidad. Parece que con su amigo Van Dike ha conseguido acabar Smile. Aparecerá en otoño.



Te quiero, Brian. Os quiero, Beach Boys. Como a casi nadie.



Artículo dedicado a los californianos publicado en el Foro Libre de la ciudad de Pozoblanco hace ya más de cinco largos años.Levísimamente retocado y para seguir con los desvaríos musicales y políticos.


Por Groovieland

martes, 22 de junio de 2010

DISCOGRAFÍA RECOMENDABLE. THE BLACK KEYS

THE BLACK KEYS
Brothers

(Nonesuch Records, 2010)


Sólo un año ha tardado Dan Auerbach en volver al lado de su querido baterista y amigo Patrick Carney. Parece que no pueden pasar mucho tiempo el uno sin el otro ya que este regreso con Brothers no viene a justificar trámites contractuales ni nada parecido sino que más bien se trata cuestión de necesidad, la necesidad de parir otro hijo que es un flamante derroche de inspiración.

En 2009, Dan nos sorprendió a todos con un disco en solitario que nada tenía que envidiar a las entregas de los Keys. Es más, a servidor le parece (ya lo dije entonces) una espléndida colección de canciones perfectamente ensambladas y arregladas, más variada y colorida que toda la obra de las Notas Negras.
En Keep it Hid (Nonesuch Rds, 09), Dan condensaba de manera inmejorable las enseñanzas que Danger Mouse les descubriera a los mandos del exitoso Attack & Release. Y es que las fronteras que hasta entonces parecían insalvables para el dúo más talentoso de Akron caían con absoluta facilidad en Keep... con la única ayuda de un puñado de teclados analógicos, un bajo saturado de fuzz y percusiones de todo tipo. Así, a la psicodelia que impregnaba sus últimos trabajos en común se sumaban estilos afines como el gospel, el soul o hasta el pop.
Patrick Carney, mientras, compaginaba su empleo como productor con las cuatro cuerdas en el grupo Drumer, formado exclusivamente por bateristas de Ohio.

Antes de comenzar a hablar de Brothers era necesario referirse al debut del señor Auerbach porque ambos discos comparten muchos puntos en común, más incluso que los dos últimos de la banda.
Dicho esto, Brothers ahonda en esa nueva incursión soulera (sólo hay que ver el diseño de la carpeta) y al mismo tiempo nos devuelve a los Keys más pantanosos y negros desde Rubber Factory (Fat Possum, 04), con sus bases monolíticas y cadencias bluseras... peeeeero incluyendo ahora todo tipo de artillería para ampliar el estéreo y convertir su escucha en una experiencia deliciosa.

A mi juicio, este disco supone sin dudas la colección más inspirada que han facturado hasta el momento. Toda una lista de coplones (que dejaría babeando al mismísimo Jack White) se suceden uno tras otro para dejar exhausto al oyente a base de alma, sudor, sangre y, por qué no decirlo, esperma... todo marca de la casa.

Habrá quien eche de menos la crudeza de sus primeros trabajos, puede que también los más puritanos los tachen de vendidos por echar mano de mellotrones, hapsichords y rebajar revoluciones... pero definitivamente, quien no comulgue con tal desfile de poderío debería mirárselo.
Hay que tener en cuenta que la madurez artística no siempre supone perder cosas por el camino, el aprendizaje en 8 años de trayectoria ha llevado a los Keys a sacarse de la manga un puñado de canciones acojonate, sin concesiones a la mediocridad.
"Howlin' for you", "Too afraid to love you", "The Only one", "Ten cen pistol", "The go getter" o "I´m not the one" vienen a reafirmar su ADN blusero añadiendo los ingredientes necesarios para desencorsetarse precisamente de toda etiqueta y encumbrarse como la enorme banda de Rock que son, si acaso la más auténtica de todos los estates.


Los dos primeros singles son dos caramelos pegajosos que no podrás sacarte de la cabeza en semanas, "Tighten up" y "Next Girl". También hay momentos menos trascendentes pero igualmente disfrutables, como la instrumental "Black mud" o "Sinister kid", y acercándose al final se guardan una versión del "Never give you up" de Jerry Butler absolutamente irresistible.

Como sólo pasa con los grandes, parece que estas canciones siempre hayan estado ahí. Suenan reales, vivas, clásicas y al mismo tiempo nuevas y frescas como un helado Italiano en Agosto.
Así que no seas desconfiado, permíteme la coña y corre a la tienda antes de que este discazo se derrita.


Tighten Up




Por Zeta (enhawlin')

DISCOGRAFÍA RECOMENDABLE. WOVEN HAND

WOVEN HAND
The Threshingfloor

(Glitterhouse Records. , 2010)


El pasado mes de mayo nos trajo un nuevo trabajo del hijo del reverendo, obra que representa una nueva muesca en su bastón y que no hace otra cosa que afianzar una más que sólida carrera en la que no hay paso en falso.

David Eugene Edwards deja de lado la contundencia de Ten Stones, que no el poderío, y vuelve a la carga con un disco más acústico y repleto de influencias folkies de lo más variopintas, desde cantos tribales de los Apalaches hasta sonoridades de Europa del Este pasando incluso por ecos de clara influencia árabe. Todo un rico tapiz sónico que funciona a las mil maravillas junto a la angustiada voz del bueno de Edwards, capaz de entonar plegarias con una pasión desbordante. Mención de honor a las labores rítmicas de Pascal Humbert (bajo) y Ordy Garrison (batería) que cumplen como nunca, capaces de descargar tormentas inapelables. Acojonante el trabajo de estas dos fieras.

Puede que mi objetividad para con este grupo sea similar a la que Joan Gaspart le profese al FC Barcelona, pero se han ganado sobradamente mi devoción y más allá del fervor extremista de fans obsesionado, temas como el que da título al disco, "His Rest" o "Raise Her Hands" por citar tres son más que sólidos argumentos a favor del hijo del predicador Edwards. Tres joyas prácticamente sublimes que formarían la punta de lanza en una obra homogénea, densa, pantanosa, desafiante y oscura.

Quizás el tema inicial, "Sinking Hands" y el final "Denver City" son los que menos me dicen, no por no ser buenas composiciones que lo son, de hecho el primero funciona bien como introducción al concepto sonoro del disco mientras que el tema que cierra es un trallazo folki-dance socarrón si se me permite la parida, en la que DEE incita a mover el esqueleto. Como final también tiene mucho detalle, al ser algo completamente alejado de lo que habitualmente esta gente hace y queda divertido, tampoco es para ponerse las manos en la cabeza, podríamos decir que es el "I Ain’t Hiding" de Wovenhand.


Pero la chicha, para el que escribe está entre esos temas, esas guitarras crujientes que se pasean por "The Threshingfloor" canción o "A Holy Mesure", esos cantos endemoniadamente celestiales, esos pozos negros que se adivinan en cada surco del vinilo, esos sonidos de otra época y lugar que desafían el espacio-tiempo.

El disco también incluye una versión, "Truth", original de New Order. Edwards ya se había atrevido con versiones de Joy Division, una de sus claras influencias, así podemos encontrar una maravillosa revisión del "24 hours" en el doble directo Live March 2001 de los 16 Horsepower y sin ir más lejos en el pasado Festival Azkena comenzó su actuación con un "Heart and Soul" apabullante pese al lastre del sonido, capado en uno de los 2 micrófonos que normalmente usa en sus conciertos. Volviendo a la versión, se trata de una recreación arrebatadora y para un servidor muy superior a la original y eso es decir bastante a favor de esta buena gente.
Un artista completamente único que posee un talento inigualable hoy en día para transmitir una turbia agonía, desesperación y también muchísima belleza. Alabado sea el hijo del predicador Edwards.

Es obligado citar que a principios de año, Edwards, formó parte de un disco tributo a Jeffrey Lee Pierce, el que fuera líder de los imprescindibles The Gun Club. Tributo que es una absoluta pasada y que se realizó a partir de canciones inéditas del desaparecido artista angelino y contando con nombres tan ilustres como impregnados de su espíritu: Nick Cave, Mark Lanegan, Debbie Harry, Lydia Lunch, Mick Harvey, The Sadies, The Ravenottes y por supuesto David E. Edwards, acompañado en uno de los temas, "Just Like a Mexican Love", por los interesantísimos Crippled Black Phoenix. Como curiosidad Edwards y Cave hacen sendas relecturas de "Ramblin’ Mind" y es harto interesante ver los matices y las diferencias interpretativas de ambos, no hay que olvidar que a Edwards se le ha comparado hasta la saciedad con el indómito Cave, que también participa en 2 canciones, en la otra acompañado por Debbie Harry. En resumen no se trata del típico disco tributo, sino de una obra realizada con cariño y sentido común en memoria de un artista que bien merece tener presente.




Por mED Vega (Phosphene dream en el horizonte)

miércoles, 2 de junio de 2010

DISCOGRAFÍA RECOMENDABLE. CASH

JOHNNY CASH
American VI: Ain’t No Grave
(American Rds. 2010)


Siguiendo la estela de mi anterior reseña para esta santa casa vuelvo a fijarme en una joven promesa del rock, un tal Johnny CASH, del que se publicaron diez nuevas canciones el pasado mes de febrero. Una nueva entrega de la saga American Recordings auspiciada, cómo no, por Rick Rubin.

Cash is cash, eso Rubin lo sabe bien. Así, en 2003, en vez de incluir en esa maravilla de caja que es Unerthed todo el material que le quedaba de aquellas maratonianas sesiones de grabación, como este Ain’t No Grave, su predecesor y lo que se está guardando, el barbas va soltando pequeñas dosis cada pocos años, que es mucho más rentable. Por supuesto ha perdido una gran oportunidad para demostrar criterio, elegancia y honestidad. ¡Carajo, si para hacer dinero fácil ya produces a Linkin Park o a Shakira! ¡No jodas con el hombre de negro también!

Movimientos empresariales a parte, y al fin y al cabo lícitos, su trabajo en Ain’t No Grave es, como en toda la serie, impecable. Mimando cada nimio detalle con la mano maestra que lo ha convertido en el referente que es en sus labores. 10 temas, que son de una calidad incontestable y mientras lo que vaya sacando a la luz sea de tal nivel siempre será bienvenido.

Como en la serie es habitual el disco está formado en su casi totalidad por versiones, versiones que en manos de semejante coloso y en las circunstancias tanto vitales como mortales a las que se enfrentaba cobran una fuerza y una carga emocional inapelable. Eso sí, para esta ocasión, el repertorio seleccionado es bastante más clásico y pasa de experimentar con grupos tipo U2, NIN, Depeche Mode (...) cosa que lo emparenta con el American Recordings inicial y que quizás signifique que el ciclo se cierra.

El tema que abre y da título es estratosférico, recuerdo cuando se lo puse a mi buen amigo y hermano Zeta, se quedó atónito, sin palabras, tocado de lleno. "Ain’t No Grave", una vieja canción de los 50 que le sirve a la leyenda para clamar que no hay tumba que pueda mantener su cuerpo bajo tierra, el árido acompañamiento, en el que destacan unas cadenas y/o grilletes llevando el ritmo es magistral y remarcan el poder de este señor, un tipo enfermo y postrado en una silla de ruedas, sí, pero poderoso y colosal hasta el minuto final de su vida. El segundo tema, "Redemption Day", original de Sheryl Crow, es otra barbaridad, con otra letra que en sus venas adquiere connotaciones superiores y donde todo suena que acojona, sobre todo ese viento final. Pero para letras que en boca de CASH duelen llega el tercer corte, "For the Good Times", versión de su amigo Kristofferson (otro ejemplo de buen envejecer, impresionantes sus dos últimos trabajos), aquí, el hombre de negro, de buenas a primeras, nos suelta: “Don’t look so sad, I know it’s over”, abrumador.

Tras este triplete, nos encontramos el único tema propio: "I Corinthianas 15:55", como ya hiciese en The Man Comes Around, se apoya en el que fuera su gran apoyo tras la muerte de June, la Biblia, su fe. "¿Dónde está, Oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, Oh sepulcro, tu aguijón?" Su voz, solemne, sabia, y enorme - pese a su estado de salud- hace el resto.

Un piano y una guitarra, continuando la austeridad de la obra/s, sirve de acompañamiento para "Can’t Help But Wonder Where I’m Bound", que podría actuar como contrapunto al tema anterior, si en aquel la fe vence a la muerte, aquí CASH se pregunta desde el mismísimo título a dónde se dirige. Así pues, tal y como fue en vida se presenta desde la muerte, un hombre cargado de contradicciones a pesar de sus fuertes convicciones.

La terna que sigue: "A Satisfied Mind", "I Don’t Hurt Anymore" y "Cool Water" sin lastrar el resultado final no llegan, en mi opinión, a las cotas emocionales de la primera mitad del disco, aunque siguen siendo buenos temas cojonudamente interpretados por la sobrecogedora voz de CASH y por tanto no desmerecen ni un ápice.

Para dar carpetazo a un disco repleto de despedidas, dentro de una saga plagada de adioses, se revisita el tema "Aloha Oe", todo un himno en Hawai, sin duda el tema más famoso de la popular isla, que aquí cumple como bella despedida y a la par resulta lo más anecdótico y curioso de la obra. Obra cuyo último verso es un "until we meet again" que inevitablemente me transporta al "We’ll meet again" con el que finalizaba el IV. Pues eso, que nos volveremos a encontrar.




Por mED Vega

lunes, 24 de mayo de 2010

DISCOGRAFÍA RECOMENDABLE. FIERA

FIERA
Déjese llevar
(El Rancho, 2010)


Fiera es el nuevo proyecto de los componentes de Pony Bravo.
Pese a reconocerse alguno de los tics propios de la banda matriz, la estética que caracteriza a Fiera recorre senderos que nada tienen que ver con el reggae, el pop ethiope o el flamenco.

Aquí básicamente lo que suena es post-punk en su vertiente más extrema. Como si se tratara del hijo bastardo andaluz de Mark E. Smith, Pablo Peña dirige al resto de la banda al son de un sinuoso bajo que dibuja líneas elípticas con tintes malsanos. El resto del grupo le acompaña con toda una orquesta metalúrgica para la percusión, creada por ellos mismos al estilo de la fábrica Einzturzende Neubauten.
Según la intención, el minimalista conjunto suena como enmonado, pasado de speed o de yerba hasta las cejas...

Las letras en orgulloso andaluz bombardean el oído del receptor con un variado repertorio de posibles eslóganes antisistema e historias cotidianas de pleno siglo XXI. Se acercan a la conciencia usando un martillo que, a primera escucha, puede dejar a más de uno fuera de combate casi sin empezar.

Sólo "Agerul" y "Bombas" escapan al rítmico corsé de tan peculiar propuesta, al menos la voz de Pablo deja el griterío por un rato. La primera podría pasar por single de Pony Bravo, pero eso es algo circunstancial. Es absurdo disimular un modo de hacer canciones que ya casi les pertenece, pero pasado ahora, eso sí, por un nuevo filtro. "Bombas" es un blues marciano perfecto para el cierre.

El contraste de un estilo tan poco comercial con estas letras, digamos, políticamente incorrectas, translada la experiencia de su escucha al plano sensorial. Las palabras acentúan su posición en cada frase debido al engranaje sobre el que cabalga la canción. El grito, el sentido del humor y la repetición también hacen más entretenido su discurso.

"Drogas" recuerda a Suicide, pero casi se siente el pulso del tecno que vino después. Una de mis favoritas.
El bajo protagoniza cada canción, pero destaca por ejemplo "Tft", también mirando a la pista de baile, con una juguetona cadencia que viene al hilo de la irónica y estúpida felicidad del protagonista.

El guiño a The Fall en "Yo soy Mark E. Smith" más que obvio diría que es sonrojante. La voz de Pablo, histérica y feliz, no para de repetir la frase titular, mientras que la base es minúscula, como un esqueleto. Pasan por The Fall para llegar a Can (los de Manchester tenían su "I am Damo Suzuki") y precisamente, consiguen lo que se proponen: dejarte llevar por el ritmo y tararear cual fan esquizofrénico tan singular corte.


Pero hay mucho más, "Cuentas", "Agente Comercial", su primer single, "Pisapapeles", las dos partes de "El buto", una aspiradora, una paellera, cubos, tubos, caja de ritmos, sintes, guitarras pervertidas...

Todo ello a tu disposición de manera gratuita en su web. Sólo tienes que acercarte, descargar y seguir las instrucciones de Fiera.

Pisapapeles





Por Zeta (con un par... de muelles)