miércoles, 13 de octubre de 2010

CRÓNICA. INTERPOL


INTERPOL
Sala Industrial Copera. Granada
(28/09/10)


Precisamente por la época que Interpol debutaba con el brillante Turn on the Bright Lights nos conocíamos los 4 irresponsables de este blogzine. Quede claro que los responsables de la periodicidad de las actualizaciones son los cojones de Don Zeta, pero volvamos al inicio, a los días en que se fraguó nuestra amistad… Si bien las primeras conversaciones giraban en torno a la Velvet, Primal Scream, Green River, los Beach Boys, Happy Mondays, Joy Division, Mogwai, Slint y los Chichos hubo un debú ese año que nos encandiló a los 4 y nos unió una barbarie, y ese fue, claro, porque si no esto no tendría puto sentido, el de Interpol. Incluso todos fuimos a comprarlo en la extinta Stereo de la Plaza de los Lobos… donde solía estar el Segunda Edición en el cual más de una copa y más de un Ginger Ale sirvió el bueno de Sithbass...

Pues 8 años y unas horas después de todo esto la banda neoyorkina se acercó a Graná para dar un concierto impecable que sirvió para reconciliarnos con ellos. Reconciliarnos porque su trayectoria deja mucho que desear tras lo apuntado en aquel magnífico debú y Antics, su notable continuación. Claro que sonando como sonaron y cumpliendo como cumplieron se han ganado nuestro respeto, que no es mucho pero que poco más tenemos para dar.

Acompañados por el inefable David Pajo (ex- añada lo que quiera que seguro ha tocado con ellos) al bajo en sustitución de Carlos D. y por Brandon Curtis (The Secret Machines) a los teclados la banda sonó clara y cristalina presentando su cuarto trabajo, Interpol, típico disco de vuelta a los orígenes tras un paso en falso que para constatar más aún el hecho de esa recuperación de principios incluso se llama como la misma banda, anda que no hay de esos…

¿Qué pasa, Payo?

Empezaron con "Success", primer corte del ya citado homónimo. En ese momento ya era impresionante la buena imagen que lucía la Industrial Copera, llena a más no poder, allí no cabía un alma ni colgada del techo. No cabía ni un pepino en el culo de un cura.

El sonido fue sobresaliente, en especial a partir de la segunda canción, "Say hello to the Angels" y poco importa que la banda no sea precisamente la alegría de la huerta ya que salvo algún aspaviento del guitarra, Daniel Kessler, esa gente no se mueve ni para apartarse porque clavaron cada tema que ofrecieron a la entregada audiencia…

Paul Banks, cantante y guitarra, hizo gala de un más que decente castellano y brindó al respetable arengas nunca antes escuchadas del tipo: “sois el mejor público que hemos tenido”. Con todo al chico se le ve una educación y un saber estar encomiables, amén de más de un gesto, mirada y posturita facial made in Vedder. Pero volvamos a la música, Miguel, volvamos al pastel. Buen repertorio, todo en su sitio, nitidez y profesionalidad y un poco de todo y un mucho de lo bueno. Presentaron temas nuevos como "Lights", "Barricade", "Try It On" o "Summer Well", no faltaron concesiones su insustancial tercer disco Our Love to Admire ("Mammoth" y la plomiza "Rest My Chemistry") y los momentos Antics fueron de los más celebrados: "Evil", "Not Even Jail", "Slow Hands", entre otras…

Como no podía ser de otra forma lo más destacado tanto para Zeta como para un servidor fue cada copla de su debú que iban dejando caer, siendo el fin de fiesta absolutamente arrebatador, cerraron el setlist principal con un "Obstacle 1" tremebundo para luego cascarse unos bises soñados. Empezando tranquilitos con la deliciosa "NYC" para pegarnos un achuchón de los buenos con el que es mi tema favorito de ellos, la hermosura de "Stella Was a Diver and She Was Always Down" que desembocó en el ya nombrado "Slow Hands". Tras la cual se retiraron para después volver y marcarse un "PDA" de puta madre.

A jierro con el postpunk

En fin, gran concierto de una banda que a pesar del fiasco de su discografía más reciente (aunque el último aguanta mejor el tipo que el anterior) en directo son un seguro y están viviendo un momento importante, abriendo para U2 en esa megagira de 360º y 4 patas.

Puede que hoy día, nosotros 4, sólo rindamos culto común a Howlin’ Wolf pero hubo un momento crucial en nuestra amistad y estos chicos algo ayudaron a forjarla. Es que ahora con tanto tuenti, tanto Facebook y tanta polla parece muy sencillo conocer gente, en aquellos tiempos uno empezaba a hablar con su compañero de clase (que luego le presentaría a su gemelo loco) gracias a la música que escuchaba generalmente y a los dibujos de Green River que ilustraban su carpeta principalmente…


Por mED Vega (Hey Hey My My…where everyboy knows your name)

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