miércoles, 25 de abril de 2007

10 años de Serie B. GROOVIELAND: New Order

10 años de Serie B.
New Order : La sensibilidad tecnificada.


La primera noticia que tuve sobre New Order me llegó en abril del 84, durante el viaje de fin de curso del instituto. Compré la revista Rock Espezial -hoy Rockdelux- en Santiago de Compostela y leyendo su hit parade New Order se aupaban a la mitad de la tabla, donde reinaba orgulloso, un disco al que el tiempo alguna vez hará justicia Sparkle in the Rain, de Simple Minds -para mí, sencillamente genial, inmortal-. Desde ese momento fui fiel comprador de la revista, hasta en sus momentos más patéticos y decadentes.

En el número de septiembre de ese mismo año aparecía una entrevista con el grupo. Después de leerla y ver las magníficas fotos en tonos azulados en la que en ella aparecían -impagable la foto donde Barney aparece junto a todo el grupo con calcetines blancos debajo de unas playeras sandalias de goma- me decidí a encargar a Discoplay (donde si no) el Lp Power, corruption and Lies. Después de recibirlo y pincharlo por primera vez –vinilo, estamos aún en el año de Orwell- todo mi universo cambió. Algo parecido sucedió con Reckoning de R.E.M., los homónimos de The Smiths y Violent Femmes y Evol de Sonic Youth.

Todo en él era diferente a lo que conocía. Desde la portada con las rosas de Fantin-Latour, sin ninguna información de los componentes, sin letras, sin fotos, ni siquiera en el dorso del disco se confirmaba que ese que tenía en mis manos era el disco que había pedido. Aún así podía reconocer en su estética el concepto de lo moderno, de lo trasngresor, de lo visionario de lo genial.

A partir de su escucha, Bernard Albrecht -nacido Sumner-, Meter Hook, Stephen Morris y Gillian Gilbert pertenecen a mi familia. No encuentro otra banda que haya ejercido en mí tal grado de complicidad y acercamiento como ellos. Sus pasiones y sensaciones eran las mías, su imagen un espejo donde mirarme, su actitud la única a copiar -había mayor muestra de anticapitalismo y honestidad intelectual y creativa que despreciar los títulos de crédito en una creación artística?-; y es que yo, en definitiva, soñaba parecerme a ellos, quería ser como ellos.

Volvamos a Power, no miento si digo que es uno de los discos indispensables de los 80's, tal vez incluso el que mejor define una década tan cambiante como ésta, y, sin duda, el primer eslabón importante donde se combina rock con ritmos altamente bailables, la génesis de toda la música trascendente realizada desde los 90’s hasta la actualidad.
La primera cara -estamos en la edad polivinílica- encierra todo el universo New Order: el ritmo de Age of consent, la electrónica en fase experimental de We all stand y The Village, la pasión de 5-8-6.

La segunda comienza con Your silent faces bajo un manto de sintetizadores -que entronca directamente con los paisajes más solemnes de Joy Division- enmarañando la guitarra de Bernard. La tecnología vuelve a ganar la jugada en Ecstasy -la electrónica... y la línea de bajo impuesta por Peter, otra de las características de la banda-. Con Ultraviolence inciden en los mismos parámetros: wall of sound sintético y la voz como una sensación electrónica más. Para finalizar, la gloria, una balada crepuscular que será una de sus canciones más bellas, introspectivas y honestas y una de mis canciones favoritas de todos los tiempos Leave me alone. Punto final a un disco arriesgado, futurista y bello que junto con Technique es la cima creativa de la banda.

Si ya me habían arrebatado el corazón, con Blue Monday me arrebatarían todo lo demás. Blue Monday es el single más trascendente y esencial de la década de los 80's, así sin pararse a más.

La perfecta comunión entre rock y música de baile, un llena pistas desproporcionado que hizo bailar gente hasta en Cazalla del Arzobispo -aquí en el Al-Andalus era de obligada programación cada sesión-.Nadie hasta entonces había llegado tan lejos de manera tan eficaz .
Y es que en los singles y maxis que publicaban iban bastante más allá que en los Lp's, eran inteligentes muestras de electrónica bailable con grandes dosis de ritmo que a la larga han definido toda la música de baile desde Pet Shop Boys -menudos copiones- hasta Chemical Brothers pasando por Happy Mondays o Moby.

Este pelotazo -promocionado en las raves balares de verano donde los británicos beben y se drogan sin descanso- les hizo ocupar definitivamente por aquellos instantes el primer lugar de mis preferencias, ya que por aquel entonces no encontraba mejor música que fotografiara mis experiencias: por un lado música visceral y caliente ideal para bailar, por otro....Leave me alone.

Aún con el shock de Blue Monday compré Low-Life, tercera entrega del grupo. Algunas diferencias a la vista: por primera vez aparecían las fotos de los componentes en una portada preciosa envuelta en papel seda transparente -verdaderamente el excelente gusto estético debe ser algo parecido a esto-.

Pero a pesar de ser mucho con respecto al pasado prácticamente no era nada, seguían faltando créditos, letras. Estaba claro que no eran otra banda cualquiera, estaban hechos de una pasta diferente. Qué decir de su honestidad: otros después del éxito que tuvieron con Blue Monday se hubieran dejado la piel por aparecer en la. tv. y asegurar el futuro con una participación más espectacular en los créditos, con algún productor impactante o algún invitado de lujo que les auparan al olimpo de las ventas (en el olimpo de la creación ya estaban).Por cierto, los que manifiestan la superioridad sonora de lo digital sobre el plástico vinílico que escuchen,que pinchen, este disco.

Low-life no alcanza la belleza de su antecesor. Es un buen disco, cómo si no en ellos , pero a mí a la larga me ha ido gustando cada vez menos. ¿Por qué? No sé, quizá es el más rítmico, el más bailable, el que más profusión hace de la música electrónica. Love Vigilantes, con armónica incluida, da la bienvenida, sigue con Perfect Kiss, que es a excepción de todos los maxis que editaron en Factory el único que se publicó en un lp. Las siguientes This Time of Night no alcanza el nivel y Sunrise a pesar de ser la más dura, tampoco aporta nada nuevo en el universo del grupo.

Es en la segunda cara donde se encuentra la esencia del disco: Sub-culture y Face Up, dos temas elegantes, superbailables y dignos de ellos que les pondrían inconscientemente en el objetivo de todas las miradas del negocio.

Al poco tiempo me hice con Movement, su primer disco. Muy endeudado con la etapa Joy Division es un trabajo mucho más oscuro en el que la electrónica es simplemente testimonial, parece un trabajo más de Joy Divisionque de New Order, incluso la voz de Bernard carece de personalidad y busca denodadamente los matices de Ian Curtis, como si no quisiera molestar al amigo caido,ál mayor ídolo postpunk aparecido en el Reino Unido. Para nada es un disco significativo de New Order, es el disco póstumo de Joy Division sustituyendo la voz de Ian Curtis por los teclados, todavía no decisivos de Gillian Gilbert. Archívalo junto al live Still.

Estamos en 1986 y nada parece haber cambiado para los mancunianos. Nuevo trabajo, Brotherhood, y misma filosofia: portada de Peter Saville (como en toda su trayectoria), sin el nombre explícito, ausencia de textos y otro pilar donde sustentar su ingenio e inmortalidad. Brotherhood es otra vez (y van 3) determinante en su carrera y en la del rock hecho en los 80's .

Desde la primera nota de Paradise, con un tratamiento efectista y efectivo de las guitarras, se observa que el tratamiento de baile lo dejan para mejor ocasión, como si quisieran hacer un disco donde expresar sus sentimientos más reposados.
La abundancia de ritmos bailables de Low-life deja paso a la lírica de las guitarras (As it is when it was) y a geniales cancioncillaspop que definen plenamente su particular estado de ver las cosas (Way of life, Broken Promises).Si en la primera cara -ya saben que estamos todavía en la age of stone de la tecnología digital- el clasicismo guitarrero lleva las de ganar, el pulso en la segunda se reparte alicuotamente con los teclados. Pero nada que ver con los de Low-life o Blue-Monday, ahora actúan como soporte elegante en el que desarrollar los fraseos de la guitarra de Albrecht, los más sentidos de toda su carrera.

La mayúscula,grandiosa Bizarre love triangle inaugura una cara perfecta que desemboca en una pequeña maravilla donde la tenue carcajada del cantante demuestra la confidencialidad dentro del grupo, más compenetrado que nunca, tal vez de ahí surja su título.


Para su siguiente trabajo dejan pasar 3 largos años, y para alguien como yo necesitado de nuevas sensaciones, es mucho, muchísimo. Tras la noticia de su publicación me dejé llevar por cierta indiferencia, estaba más interesado en novedades tipo Pixies o en hurgar la paleontologla rock que de bucear en el nuevo catecismo New Order. Pero bueno eran ellos y al final compré. Craso error al subestimarlos. A pesar de las nefastas críticas de algún sector de la prensa que les acusaba de acomodaticios cuando no de venderse al capital -en el Ruta 66 Ignacio Juliá los ponía a caldo-, Technique no sólo es un hito en su carrera sino en la música de los últimos 20 años.


Algunos como Saul Davies, guitarrista de James opinaba así sobre el disco: “New Order siempre me han gustado, aunque creo que su mejor momento fue con Technique, que es un álbum genial de música pop, comparable al nivel de unos Beatles".

Los chicos modernos de Rockdelux también pensaron lo mismo al incluirlos en su parade de los 200 mejores discos del siglo
Monumental como reflejan desde la portada, más agresivos que nunca para empezar un disco, el bailable Fine time, temas que van mucho más allá de lo conseguido en la segunda cara de Brotherhood (AII the way, Round and Round, Run), artefactos de tremenda belleza que perdurarán a través del tiempo (Loveless, Vanishing point, Guilty Partner) y para rematar, la cuadratura del circulo, su Leave me alone del 1989, el eterno Dream attack.

Technique es sinónimo de clase, imaginación, serena belleza, ARTE.

Tuvimos que esperar otros 4 años para recibir nuevo disco. Era difícil –casi imposible- que después del flash que produjo Technique nos volviesen a sorprender. Era pedir demasiado. Bajo una portada a dos bandas – una, a la izquierda, con una casa en llamas, otra, a la derecha, exhibiendo la placidez de los juegos en una playa de aguas cristalinas-, los chicos más originales de la década de los 80 nos remitían 11 nuevos temas de su universo particular en el que ya se dejaban entrever demasiados agujeros negros y demasiada basura interestelar .
Regret, Ruined in a day, el instrumental etéreo y placido de titulo Avalanche y Liar son los momentos más felices en ese profundo descalabro que es casi todo el disco – ¿a qué viene ese pseudorap que es Times Change?-. Con diferencia su peor trabaja hasta entonces, inferior incluso al circunstancial Movement.

Republic, que así se llama la criatura, se mueve sin dirección concreta, debido sobre todo a la claudicación de la personalidad propia en beneficio de una más que dudosa puesta al día en los contenidos de moda, cuestión ésta que con ser grave no es lo peor que podía pasarles: los temas son anodinos y vulgares, sin esa chispa pretérita que los hacía desbordantes.

El único borrón hasta el momento de su publicación en una carrera como pocas.



Get Ready
No hay nada para combatir la ira como dejar que el tiempo haga su trabajo. Si hubiera tenido que hacer algún comentario de este disco en el momento de ser publicado, lo hubiera despellejado sin piedad. Afortunadamente el tiempo ayuda a atemperar actitudes y relativizar contenidos.

Bien, digámoslo ya: Get ready es un digno disco de New order. Aunque tan solamente eso, un disco aceptablemente digno, sin magia, sin duende, sin alma. Después de 8 largos años sin publicar disco alguno, con Get Ready quisieron demostrar que ellos no eran unos cualquiera, intentaron reafirmarse ante las nuevas hordas de jóvenes insolentes como genuinos y seminales creadores, desgraciadamente sin conseguirlo. Como REM con Monster, se decantaron por las guitarras poderosas, por la fuerza antes que por la inteligencia….y ese fue su mayor error, pues la eficacia de sus trabajos nunca estuvo en apabullar, sino en sugerir. En seducir, a fuerza de puros sentimientos, con delicadeza, con extrema fragilidad.

Qué duda cabe que hay buenos momentos en Get ready, Cristal -sin ir más lejos y pese a la concesión al sonido Bristol que suponen esos coros femeninos tan mediocres- es un temazo que jamás podrán firmar el 90% de los jóvenes talentos (sic) que pueblan los tabloides de colorines de la prensa musical británica.; pero lo peor que se puede decir de este disco es que lo podría haber firmado - a pesar de Vicius streak, a pesar de 60 miles an hour- cualquiera de los cientos de bandas que habitan en este negocio.

Ellos, que un día tuvieron la piedra filosofal, que todo lo que tocaban lo convertían en oro, debían conformarse con ser una copia de otros metales mucho menos nobles, mucho menos exquisitos y valorables. Ellos, que durante miles de lunas fueron Dioses adorados, comprobaron que Get ready les hacía mortales y, aun en su desesperada búsqueda, nunca hallaron en él el elixir de la eterna juventud .

Waiting for the sirens’s call
El tiempo es la magnitud física que mide la duración de las cosas sujetas a cambio, esto es, el periodo que transcurre entre dos eventos consecutivos que se miden de un pasado hacia un futuro, pasando por el presente.¿Que por qué estoy escribiendo sobre esto en un disco de New Order? Pues para pasar el tiempo necesario para que se consuman las dos primera canciones, ya que nada hay que decir de ellas.

No ocurre lo mismo con las dos siguientes: Waiting for the siren’s call y Krafty , tal vez las dos muestras más reconocibles y deudoras de su glorioso pasado en años. Sí, desde Republic. Desgraciadamente la redundancia en lo positivo no se manifiesta en lo que queda de trabajo, a ratos pavoroso engendro más propio de medianías blue eye soul -¡esos coros femeninos, por Dios santo!- que de una de las bandas más determinantes de la Historia. Jetstream no acaba de estar del todo mal, pero, haciéndome dueño del apotegma orteguiano, afirmo apenado: no es eso, no es eso.

Su peor trabajo. Sin duda alguna. Una triste lástima, como esos sonidos que emiten las ballenas. Cuando presienten que la muerte se acerca.


Groovieland

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