Spiritualized- Ladies and gentleman we are floating in space BP (Dedicated. 1997)
De entre tantos otros discos de esos que copan las listas de lo mejor de la pasada década, “Ladies and gentlemen we are floating in space BP” tiene, a juicio de uno mismo, varios ingredientes que lo convierten en el mejor ejemplo del rock de la última década del siglo XX. Un ejemplo del rock desde su lado más expansivo, eso sí.
Al contrario que muchos de sus competidores, este disco podía haberse gestado 10, 20, o incluso 30 años antes en el sentido de que se basa en géneros cien por cien clásicos y que no pretende colarse entre la modernidad: aquí hay blues, r´n´r, psicodelia, gospel, free jazz...No hay más máquina que un puñado de guitarras, teclados, vientos, cuerdas y voces. Pura esencia en su fondo. Nada de vertiginosas bases electrónicas, ni cacharros espaciales, ni loops...
Sin embargo, hay que apuntar que "Ladies..." no hubiera existido de no ser porque antes estuvieron The Velvet Underground, Can, John Coltrane y The Stooges.
En los últimos tiempos no se encuentran demasiados discos arraigados a la tradición (por mucho que se lleve el folk ese que nos quieren meter por todos lados...) que lleguen a horizontes tan excitantes.
Nunca, al menos, a mi parecer. Al parecer de un chaval que cuando tenía 13 años, apenas había escuchado algo semejante y que solo le llamaba la atención una de sus canciones, "Electricity".
Yo, aún siendo un chaval que diría Josele, tres años después no podía creer lo que escuchaba una y mil veces a lo largo y ancho de este álbum.
Por esa época y en todos los años noventa ninguna otra banda se ha acercado a algo parecido. Ni Brit Pop, ni indie, ni noise, ni electrónica,...¿post-rock? Que no hombre, esto no tiene nada que ver con etiquetas. "Ladies and gentlemen...." me tenía absolutamente absorbido. Haciendo caso de forma fiel y casi inconsciente al libreto-prospecto, acudía a su escucha como enfermo que confía en su fármaco de confianza, sabiendo de sus efectos aplacadores (lástima que para cuando conseguí el disco original, la edición especial de cartón ya estaba agotada).
Aun a día de hoy sus propiedades siguen intactas. A pesar de haber descubierto en todos estos años tantos grupos y ábumes sublimes, el tercero de Jason Pierce al frente de Spiritualized no ha perdido fuerza. Al contrario, suena seguro, confiado, con la máquina engrasada y las canciones imperando sin miramientos.
Rock directo, sin mirar a los lados. La música de Spiritualized no envidia a ninguna otra y poco le importa lo que esté pasando en el resto del mundo porque su lugar está muy lejos, en este disco los chicos de Pierce debieron grabar de paseo por las estrellas.
Suena a metáfora, pero si tenemos en cuenta que Spiritualized batieron el guiness del concierto a mayor altura hecho en todo el planeta, tocando, primero en el World Trade Center de Nueva York y más tarde en la CN Tower de Toronto, podemos imaginar el concepto que tiene Jason Pierce-Spaceman de su banda, a la que dota de un ambición extra y de un espíritu atemporal. Un alma, la del ex-Spacemen 3 que sin embargo no comparte precisamente ese acercamiento a Dios de otros genios del Blues, el Jazz, o incluso el gospel. Para Jason, aquellos conciertos vinieron a demostrar, mira tú por donde, el aspecto terrenal de su propuesta, además de experimentar con su música a altas presiones. Por otro lado el inolvidable concierto que ofrecieron en el Royal Albert Hall de Londres el 10 de octubre del 97 les posicionó definitivamente como el grupo más respetado del reino unido. Todo ello acompañado de unas interesantes ventas.
Pero vayamos de una vez al contenido del fármaco digital. Pues bien, el album comienza con "Ladies..." (canción), un primer acercamiento al gospel, que comienza etéreo para más tarde estallar en un clímax orquestado conducido por unas voces circulares que parecen pedirte encarecidamente acompañarlos por el paseo espacial.
Cuando "Come Together" lleva medio minuto te das cuenta que acabas de despegar y con ese spacerock ácído salpicado por unas exuberantes voces negras, te ofrecen su mano para, todos juntos, disfrutar del viaje a bordo de la nave de los Spiritualized.
"I think I´m in Love" se va construyendo alrededor de una estructura hipnótica, los instrumentos salpican sus matices aparentemente sin orden ni control, y es justo entonces cuando arranca la batería, que todo cobra sentido, para después escuchar a Spaceman preguntarse: "creo que estoy enamorado, o probablemente solo hambriento...creo que soy tu amigo, o probablemente estoy solo....creo que estoy loco por ti, o probablemente solo estoy aprendiendo".
Resulta obvio que a Spiritualized no le va tanto aquella abstracción que practicaban Spacemen 3, lo suyo es una música menos mimética, se acercan a cada canción abordándola con texturas apropiadas. Así, la armónica juega un papel importante en "All of my thoughts" (una especie de remedo de "Walking with Jesus" en clave interestelar), y siguiendo con la estela gospel nos encontramos un nuevo canto desesperado, no a dios, sino al amor, en "Stay with me".
Llegamos así a "Electricity", single indiscutible que para sí quisieran los Stone Roses, Oasis, y tantos otros...con ese teclado garajero a lo Manzarek y las guitarras absolutamente fuera de control. Igual que sucede en "Home of the brave", donde un muro blanco absorbe lo que parecía una nana sin más, convirtiéndola en "the individual".
Por abismal que parezca la música de Spiritualized cuando el caos ocupa todo el estéreo, en joyas como "Broken Heart" se hace la paz, y la belleza toma protagonismo quedando patente la sensibilidad del autor, con el tema del desengaño amoril de por medio (esta sería algo así como...mmm, chill out, ¿no? Vaya tela..).
Pasado el remanso espacial, se acerca sin estupor a ritmo de campanas la fiesta free del lp. El carrusel de vientos, noise y turbulencias sónicas que es "No God only Religion". Y sin aliento, "Cool waves", un gospel que huele a despedida. Preciosa declaración de amor.
Finalmente, el album se cierra con una maravillosa balada de blues añejo, aderezada eso sí con tempestades lisérgicas para acabar de nuevo donde empezaste.
Ha pasado algo más de una hora y todo está igual a tu alrededor, sin embargo, uno nunca puede quedarse impasible tras la escucha de "Ladies and gentlemen we´re floating in space BP", sus efectos se hacen tangibles despacio. Pero siempre que su consumo sea responsable, y nunca antes de leer sus contraprestaciones.
Esta medicación no se vende en farmacias, sino en tiendas de discos, pero no en esas tiendas de la feria o del corte inglés…
Y, aunque no lo parezca, es legal.
Al contrario que muchos de sus competidores, este disco podía haberse gestado 10, 20, o incluso 30 años antes en el sentido de que se basa en géneros cien por cien clásicos y que no pretende colarse entre la modernidad: aquí hay blues, r´n´r, psicodelia, gospel, free jazz...No hay más máquina que un puñado de guitarras, teclados, vientos, cuerdas y voces. Pura esencia en su fondo. Nada de vertiginosas bases electrónicas, ni cacharros espaciales, ni loops...
Sin embargo, hay que apuntar que "Ladies..." no hubiera existido de no ser porque antes estuvieron The Velvet Underground, Can, John Coltrane y The Stooges.
En los últimos tiempos no se encuentran demasiados discos arraigados a la tradición (por mucho que se lleve el folk ese que nos quieren meter por todos lados...) que lleguen a horizontes tan excitantes.
Nunca, al menos, a mi parecer. Al parecer de un chaval que cuando tenía 13 años, apenas había escuchado algo semejante y que solo le llamaba la atención una de sus canciones, "Electricity".
Yo, aún siendo un chaval que diría Josele, tres años después no podía creer lo que escuchaba una y mil veces a lo largo y ancho de este álbum.
Por esa época y en todos los años noventa ninguna otra banda se ha acercado a algo parecido. Ni Brit Pop, ni indie, ni noise, ni electrónica,...¿post-rock? Que no hombre, esto no tiene nada que ver con etiquetas. "Ladies and gentlemen...." me tenía absolutamente absorbido. Haciendo caso de forma fiel y casi inconsciente al libreto-prospecto, acudía a su escucha como enfermo que confía en su fármaco de confianza, sabiendo de sus efectos aplacadores (lástima que para cuando conseguí el disco original, la edición especial de cartón ya estaba agotada).
Aun a día de hoy sus propiedades siguen intactas. A pesar de haber descubierto en todos estos años tantos grupos y ábumes sublimes, el tercero de Jason Pierce al frente de Spiritualized no ha perdido fuerza. Al contrario, suena seguro, confiado, con la máquina engrasada y las canciones imperando sin miramientos.
Rock directo, sin mirar a los lados. La música de Spiritualized no envidia a ninguna otra y poco le importa lo que esté pasando en el resto del mundo porque su lugar está muy lejos, en este disco los chicos de Pierce debieron grabar de paseo por las estrellas.
Suena a metáfora, pero si tenemos en cuenta que Spiritualized batieron el guiness del concierto a mayor altura hecho en todo el planeta, tocando, primero en el World Trade Center de Nueva York y más tarde en la CN Tower de Toronto, podemos imaginar el concepto que tiene Jason Pierce-Spaceman de su banda, a la que dota de un ambición extra y de un espíritu atemporal. Un alma, la del ex-Spacemen 3 que sin embargo no comparte precisamente ese acercamiento a Dios de otros genios del Blues, el Jazz, o incluso el gospel. Para Jason, aquellos conciertos vinieron a demostrar, mira tú por donde, el aspecto terrenal de su propuesta, además de experimentar con su música a altas presiones. Por otro lado el inolvidable concierto que ofrecieron en el Royal Albert Hall de Londres el 10 de octubre del 97 les posicionó definitivamente como el grupo más respetado del reino unido. Todo ello acompañado de unas interesantes ventas.
Pero vayamos de una vez al contenido del fármaco digital. Pues bien, el album comienza con "Ladies..." (canción), un primer acercamiento al gospel, que comienza etéreo para más tarde estallar en un clímax orquestado conducido por unas voces circulares que parecen pedirte encarecidamente acompañarlos por el paseo espacial.
Cuando "Come Together" lleva medio minuto te das cuenta que acabas de despegar y con ese spacerock ácído salpicado por unas exuberantes voces negras, te ofrecen su mano para, todos juntos, disfrutar del viaje a bordo de la nave de los Spiritualized.
"I think I´m in Love" se va construyendo alrededor de una estructura hipnótica, los instrumentos salpican sus matices aparentemente sin orden ni control, y es justo entonces cuando arranca la batería, que todo cobra sentido, para después escuchar a Spaceman preguntarse: "creo que estoy enamorado, o probablemente solo hambriento...creo que soy tu amigo, o probablemente estoy solo....creo que estoy loco por ti, o probablemente solo estoy aprendiendo".
Resulta obvio que a Spiritualized no le va tanto aquella abstracción que practicaban Spacemen 3, lo suyo es una música menos mimética, se acercan a cada canción abordándola con texturas apropiadas. Así, la armónica juega un papel importante en "All of my thoughts" (una especie de remedo de "Walking with Jesus" en clave interestelar), y siguiendo con la estela gospel nos encontramos un nuevo canto desesperado, no a dios, sino al amor, en "Stay with me".
Llegamos así a "Electricity", single indiscutible que para sí quisieran los Stone Roses, Oasis, y tantos otros...con ese teclado garajero a lo Manzarek y las guitarras absolutamente fuera de control. Igual que sucede en "Home of the brave", donde un muro blanco absorbe lo que parecía una nana sin más, convirtiéndola en "the individual".
Por abismal que parezca la música de Spiritualized cuando el caos ocupa todo el estéreo, en joyas como "Broken Heart" se hace la paz, y la belleza toma protagonismo quedando patente la sensibilidad del autor, con el tema del desengaño amoril de por medio (esta sería algo así como...mmm, chill out, ¿no? Vaya tela..).
Pasado el remanso espacial, se acerca sin estupor a ritmo de campanas la fiesta free del lp. El carrusel de vientos, noise y turbulencias sónicas que es "No God only Religion". Y sin aliento, "Cool waves", un gospel que huele a despedida. Preciosa declaración de amor.
Finalmente, el album se cierra con una maravillosa balada de blues añejo, aderezada eso sí con tempestades lisérgicas para acabar de nuevo donde empezaste.
Ha pasado algo más de una hora y todo está igual a tu alrededor, sin embargo, uno nunca puede quedarse impasible tras la escucha de "Ladies and gentlemen we´re floating in space BP", sus efectos se hacen tangibles despacio. Pero siempre que su consumo sea responsable, y nunca antes de leer sus contraprestaciones.
Esta medicación no se vende en farmacias, sino en tiendas de discos, pero no en esas tiendas de la feria o del corte inglés…
Y, aunque no lo parezca, es legal.
Zeta
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