miércoles, 24 de octubre de 2007

CRÓNICA. BRIAN JONESTOWN MASSACRE vs MED VEGA

BRIAN JONESTOWN MASSACRE
12/07/07 Carling Academy Liverpool


No creo que una actuación de Anton Newcombe y sus chicos pueda relatarse como la típica crónica donde sueltas las canciones que interpretaron, cómo te sonaron y toda esa mierda y tampoco podría porque no había escuchado más de dos temas cuando tuve la oportunidad de ver a esta gente. Pero la curiosidad me pudo y me acerqué (tras gritarle GRUNJE a Albert Hammond Jr.) para comprobar si Brian Jonestown Massacre merecen más atención.

Una calle muy pequeñita abarrotada de hippies, poperos, rockers y toda clase de fauna, causó que mis expectativas se disparasen. Según me comento un die-hard fan borracho, "todos estaís aquí por la fucking película esa!" -traducción libre-. (Se refiere a DIG, película en la que se comparan las trayectorias de The Dandy Warhols y de BJM, ndr)

(Newcombe y Gion)

El carismático Newcombe salió a escena acompañado por su banda entre aplausos, con sólo observar a este personajillo ya se vislumbra que no esta bien de la cabeza, y cuando digo que algo le falla en su jodida mente no pienso en poses ni en «actitud», a ese tío le falta un tornillo, pero talento tiene el cabrón, las guitarras se estremecían y el percusionista (Joel Gion) se divertía haciendo el payaso. Mientras iban cayéndo canciones, muy populares al juzgar por la respuesta del público, el caos se iba haciendo el verdadero amo y señor de la noche. Newcombe iba ordenando o sugiriendo (dependiendo de dios sabe qué) a la banda que cambiarán de actitud, que atronasen o que simplemente siguieran sus «improvisaciones». Un caos escarpado, que crecía por momentos, llegando a saturar, pero a la vez creando pasajes de auténtica genialidad y belleza. Bebiéndose una botella de vodka en poco más de una hora tras la que Newcombe intentó bromear con un público totalmente encendido.
La música de BJM es trágica, brillante por momentos, aburrida en otros, intentando hacer una similitud tan descerebrada como el propio Newcombe, fue como ver a un clon desalmado de Syd Barrett interpretando canciones de los Stones tapizándolas de My Bloody Valentine.


Una breve interrupción, aderezada con pedales de distorsión, y el infame Joel Gion tocando la pandereta (estoy convencido que no se enteró que la banda había dejado el escenario) empezó a causar malestar entre la muchedumbre. Tras 6 canciones y una hora de concierto Newcombe advirtió a los asistentes que tenía problemas debido a la caída de las guitarras y que había pérdido las maletas en el aeropuerto, el caso es que su cara era la viva imagen del alcohol y la heroína hechas carne y hueso. La confusión se hizo general y mientras una parte de los asistentes se miraban con cara de ¿¿qué coño ha pasado?? La otra parte disfrutamos de una corta e intensa iniciación a una música loca y venenosa que se agarra, los 60 más nárcoticos siguen vivos, la dispersión del frontman es su gran baza y su mayor hándicap, pero sin duda este lunático sabe hacer buen ruido. Cuando algo es capaz de desesperarte tanto como de embrujarte, debe ser amor…


por MED Vega (ya no me gustan Arcade Fire)

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