THE BLACK CROWES - Warpaint
(Silver Arrow- Sony BMG/ 08)
Son tantos los ejemplos de bandas que vuelven tras años en el dique seco (la mayoría para reclamar un espacio que, mal que les pese, ya no les pertenece), que a priori es para desconfiar de cualquiera. Con más razón si se trata de los cuervos negros, pues de todos es sabido que, entre otras cosas, siempre pecaron de arrogantes.
Yo, que llevo desde que acabó el verano redescubriéndolos, quería empaparme bien de este Warpaint antes de emitir juicios precipitados o desproporcionados. Hoy mi juicio es firme: Warpaint es una puta pasada. A la mierda lo que les he dicho en el párrafo anterior. ¡Viva la arrogancia, ostias!
11 canciones como 11 soles que evidencian que los hermanos Robinson han conseguido mantenerse a flote tras 18 años de carrera donde ha habido de todo. Lo demuestran desde "Goodbye daughters of the Revolution", que es Black Crowes por los cuatro costales.
Las guitarras rugen de lo lindo en "Walk Believer Walk", "Evergreen" o "Wounded Bird", y es que, pese a que no será aquí donde descubramos las excelentes maneras de "Richo" Robinson a las 6 cuerdas, es importante saber que la siempre maldita posición de guitarra solista de los Crowes es ocupada en la actualidad por Luther Dickinson (militante en North Mississippi All Stars e hijo del insigne Jim Dickinson), culpable de un sonido menos hard que en otras ocasiones, en pro de un exquisito gusto por la slide guitar (fresquita rescatada del delta del río).
Canciones como "God's Got It" (versión de Reverend Charlie Johnson, el carrusel que supone "Movin' On the Down Line" (primero psicodélica, luego imparable), o los cánticos "Whoa Mule" (folk+blues+gospel) hacen que hablemos de Warpaint como uno de los discos más variados de los de Atlanta. Mira de tú a tú sin problemas a hitos como Southern Harmony and musical companion y Amorica, vaya que sí.
Como cualquier buen disco de los Crowes las baladas con poso ocupan un ratio importante en el minutaje: la muy rolling "Oh Josephine", "Locust Street" o mi favorita "There's Gold In Them Hills", un auténtica preciosidad, triste, dulce y desgarrada. Ummm!, si es que cuando se ponen "negros"...
¿Y qué decir de la voz? El barbudo Chris Robinson canta como nunca. Cierto es que con esa voz, poco tiene que hacer para merendarse a más de la mitad de la clase, pero aún así en esta ocasión lo encontramos a pleno rendimiento. No solo recuperan el crédito (Warpaint es todo un aval) sino que con él, probablemente me tenga que pelear con el resto de hacedores de este bendito fanzine si osan discutirme su posición para el ránking final del año.
2 comentarios:
Una crítica como un sol de un discazo como un sol.
Uno de los mejores discos de ROCK que se ha editado este año y, desde luego, de lo más recomendable de su discografía.
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