AC/DC
Palau Sant Jordi, Barcelona
31/03/2009
Palau Sant Jordi, Barcelona
31/03/2009
18000 entregadas almas sellaron su hermanamiento en sudor, dolor, griterío y sobre todo ruock, pero Ruock del bueno. La vuelta de AC/DC a España tras 9 larguísimos años se saldó con un milimétrico chou en el que resulta imposible bajar la guardia o aburrirse. R’n’R de puta madre.
Se encargaron de abrir el concierto The Answer, una muy interesante y prometedora banda irlandesa de tintes blues y hard-rock, con un buen voceras que no es de extrañar que por momentos recuerde a Chris Robinson o incluso a Plant. Una lástima el sonido, al menos desde nuestra posición (7ª fila a la izquierda si se mira al escenario) tan sólo escuchábamos el bajo y a ratos la voz. Aún así bastante disfrutable, aunque telonear a AC/DC te puede condenar al olvido en un par de horas.
Tras los minutos de rigor, luces fuera y las pantallas proyectan un vídeo animado: un tren a toda velocidad es el protagonista, en la cabina del conductor encontramos a un Angus demoníaco alimentando la caldera, mientras en un vagón a Brian una señorita le va haciendo un apaño bucal (y no es una ortodoncia) entre tanto un par de lascivas groupies hacen todo lo que sea para hacer boicotear el aparato, ejem, pero Angus en un último movimiento salva su Les Paul del descarrilamiento. En ese preciso segundo, la pantalla se abre, aparece un jodido tren real (bueno vale, un falso tren grande de la hostia) y fuego por todos lados, la banda ya está en escena, suena “Rock ‘n’ Roll Train”, el espectáculo ha comenzado y está garantizado. Entre saltos, empujones, manos cornudas Dio’s style y toda clase de tretas nos quedamos cerquísima (3ª-4ª fila) en algún lugar entre el cielo y el infierno pero donde Angus & Co. reinarán por un par de inolvidables horas.
Continuarían con “Hell Ain’t a Bad Place To Be”, mirando las caras de nuestros hermanos asistentes en esos momentos iniciales era posible ver desesperación, pasión, una desbordante alegría y mucho amor por la banda pero tal y como reza la canción era un jodido infierno aunque no era mal sitio para estar, de eso nada.
El espectáculo está medido y programado hasta el más mínimo detalle, no dejaron que se entrometiese en su misión ni el hecho de que fuese el 53/54 cumpleaños de Angus y pasaron directamente de los cánticos del gentío para felicitarle, eso sí, se les vio disfrutar (sobre todo a Brian) con un público inconmensurable, realmente de 10 los allí presentes.
También era más que predecible el repertorio que iban a abordar pero esto no les resta enteros, ellos saben lo que quiere el público y se lo dan bien dado, y si es la primera vez que los ves el espectáculo pasa de impresionante a irresistible, pues eso, que la tercera en caer fue “Back In Black”, soñábamos con ese momento y ahí estábamos en las primeras filas, dándolo todo y gozando a saco. Brian en un estado fantástico, con buena voz, Angus que no para quieto y venga soltar riffs que son lo que son pero no veas como se enganchan desde tus nervios hasta los más insignificantes capilares de tu cuerpo, that’s the power of ruock! En segunda fila, tanto Malcolm como Cliff y Phil se limitan a tocar, cediéndole todo el protagonismo al boinas y al colegial infernal.
La cosa se ponía calentita calentita, “Big Jack” segunda copla del Black Ice que interpretaron y que no desentonaba entre los hitazos, “Dirty Deeds Done Dirt Cheap”, “Shot Down In Flames” este temazo merece una mención especial, ahí con dos cojonazos, ¡sí señor! “Thunderstruck”, madre mía, me tiemblan las rodillas, me duelen las articulaciones de nuevo al recordarlo, ¡Zander! Luego atacarían “Black Ice” la canción y es el punto más flojillo que recuerdo de la actuación, eso sí, viene de putísima madre eso de respirar, costumbre que no por manida deja de ser sana y hasta recomendable.
Llega el momento indispensable de que Angus se ponga más cómodo, por tanto interpretarían “The Jack”, un striptease que finaliza con el pequeño diablo mostrándonos unos gallumbos con el lema AC/DC en sus posaderas, como no podía ser de otra forma.
Baja la campana, comienza a sonar, Brian coge carrerilla y se cuelga de ella, “Hells Bells” ¿Se imaginan atravesarle el pecho a Mike Oldfield con una de sus campanas tubulares? Tendría su detalle, pues es aún mejor que los AC/DC te atraviesen con el hit que inicia el imprescindible Back in Black (sería mi disco favorito de ellos si no lo fuese Let There Be Rock). Tras "Hells Bells" sólo puede sonar una canción, esto es tan cierto que es un axioma del ruock y esa es, por supuesto, “Shoot to Thrill”, de mis favoritas de siempre de ellos y que me hizo perder los papeles, y hasta el paraguas que llevaba atado al cinto que no era ni mío y disfrutar como un perro panza arriba recibiendo caricias.
Tras las recientes “War Machine” que funciona bien en directo y “Anything Goes” que sirve para que Brian coja algo de aliento, además me sigue pareciendo el mejor tema de su último trabajo lo que esta gente hizo ya fue de traca. Para empezar un “You Shook Me All Night Long” que va muy bien tras la citada "Anything Goes", en esa me abracé como un poseso a mi acompañante mientras gritábamos enfervorecidos, momentazo de la noche, sin duda. Luego una flameada “T.N.T.” (despierta el tigre Ti.eN.Ti.) sencillamente brutal, y la cosa siguió con un “Whola Lotta Rosie” apabullante (acompañado de mujer alegre hinchable gigante, supongo que es el equivalente femenino al cerdito de Pink Floyd, pero las comparaciones son odiosas y no entraré en más detalles) y para terminar, “Let There Be Rock” extendido como de costumbre, que provocó más y más al público si es que eso era posible ya, que hizo que Angus se fuera corriendo por la pasarela central donde fue elevado para el delirio de los que se encontraban en el gallinero, los que estaban casi en Polopos viéndoles pero aún así vibrando y respirando Rock, desde esa posición hizo el bueno de Angus su clásico molinillo desde el suelo y más tarde fue a subirse a la escalinata colocada sobre la batería para improvisar y alargar el solo. Con esto, que se dice pronto, cerrarían el set principal y se apagaron las luces. Obviamente, esto no quedaría así...
Y desde el mismísimo averno surgiría un cornudo Angus para despedazar unos bises incontestables, la requetequemada pero imprescindible “Highway To Hell” en la que se evidenció que pese a que Brian está bastante bien de voz tenía problemas con el micro inalámbrico o algo así, porque en ese tema tan sólo se le intuía, aunque bien es cierto que mi opinión es muy subjetiva ya que tenía como a 4 pimpollos gritándome en cada oreja, o lo que es lo mismo, a 8 personas todas víctimas del despiporre que allí vivíamos recitándome cada verso directamente al yunque, estribo y martillo.
Aparecen 6 cañones en escena, lo que quiere decir no que nos vayan a ejecutar sino que esto se va a acabar y aunque es una pena, es ley de vida y no es una mala forma tampoco de irse bien contento a casa, aún me pitan los oídos de los cañonazos de ese "For Those About To Rock (We Salute You") brutal, broche de oro a una noche enorme.
Fuera llueve, pero nosotros volvemos de DisneyWorld, del Circo de Ángel Cristo, de Una noche en la ópera, ponga usted lo que quiera, pero que sea sinónimo de hipérbole espectacular.
Por MeD Vega (Wake up Dead Man)
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