viernes, 24 de abril de 2009

CRÓNICA DE UNA NOCHE ACCIDENTADA. EXTRATONAUTA

EXTRATONAUTA POP FESTIVAL
(Industrial Copera, 28 Marzo)

La pasada noche del 28 de Marzo nos dispusimos mis acompañantes Lupin, Egg y yo, con todo el ánimo y arsenal necesario, a asistir por nuestra propia cuenta (bancaria) y riesgo a la tercera edición del festival Extratonauta.

Ambos portaban sendas sonrisas de camino al Polígono de Armilla, babeantes y excitados, sabedores de lo que nos podía esperar en tal evento. Yo, por contra, tengo que decir que albergaba cierta inquietud ante tal afrenta, desde mi papel de obligado anfitrión. Y a juzgar por lo que nos depararía esa noche, diría que algo en el ambiente ya me hacía presagiar que nuestra velada no discurriría en línea recta.

A nuestra llegada a la puerta de la sala, nos dimos un buen hostión (con perdón) de bruces con la realidad más cruel e ignominiosa: en un frío A4 escrito a mano se nos hacía saber que El Columpio Asesino no actuaría esa noche.

Tendríais que haber visto la reacción de mis secuaces. En todo el polígono se pudieron escuchar los justificados exhabruptos que salieron de las bocas de Egg y Lupin. ¡La desolación y el cabreo hechos poesía!
Ambos eran fanz del Columpio. Casi diría que exclusivamente venían a verles a ellos. Yo les alentaba diciendo que tal o cual grupo de los que completaban el cartel les podrían animar, incluso los sustitutos Notes to Myself, que apenas conocía por un par de temas, podrían aliviar su desamparo...
Pero no, el daño estaba hecho. Pasada la fase de berrinche, les propuse revender nuestras entradas. Había una larga cola esperando comprar en taquilla y no tendríamos problema para recuperar el dinero. Pero ellos, con una entereza propia de los verdaderos valientes, recompuestos pese a acompañarse de los restos de gimoteo, accedieron a entrar y disfrutar del Extratonauta, aun sabiendo que ya nada sería igual.


Abrieron Notes to myself, nosotros hicimos acopio de bebida reconstituyente (cerveza) y tickets para varias rondas, nos situamos entre la escasa gente que había en la Copera y la música comenzó a sonar.
Yo no era un espectador más. Asistía, más tenso que antes, a un espectáculo divertido e incómodo al mismo tiempo: por un lado disfrutaba de las canciones de los malagueños, y por otro, pretendía que mis amigos se sintieran lo mejor posible. Conforme avanzaba la actuación de Notes to Myself, el gesto de Egg y Lupin se fue transformando. No era el Columpio, pero con todo, la marea sónica propuesta por la banda nos impresionó a los tres. Toda una sacudida de feedbacks y delays revestía sus sugerentes melodías pop, casi insinuadas. El ruidazo los musculaban un bajo y batería realmente contundentes.
A regañadientes, concluida su actuación, compartimos nuestras impresiones. La música del grupo no tenía mucho que ver con la del Columpio, pero este tipo de experimentación tipo My Bloody Valentine nos ha gustado a todos desde siempre.

Convenimos en relajarnos con nuevas consumiciones y esperamos sentados a la siguiente banda.
Mama' Baker hicieron acto de presencia, ya con un notable número de público, y acometieron su propia versión noise-pop, más deudora de los Pixies que de otra cosa. Hacía más de una década que descubrimos a este grupo, con su digno debut, Lunar, que ya presentaron en nuestro Pop-zoblanco cuando nuestros rostros poblaban menos vello y ojeras que actualmente. Se acompañaron de un antiguo miembro, un Niño Mutante, a la guitarra solista.


Todas las canciones fueron coreadas por la masa granaína. La banda jugaba en casa y el salto en el sonido fue más que patente. Sonaron "Pablo", "Cuando te vi" y así, casi al completo, todos los imprescindibles temas de su primer album. Clásicos de la tierra interpretados con una milimétrica precisión y una fidelidad al disco casi sonrojante. Mucha potencia y actitud, como siempre.
Aún así, de tan fieles y pulcros que se presentaron a mí me parecieron más fríos y demasiado profesionales. No es por criticar, pero a ese ya decimonónico sonido le restaron autenticidad por ser, precisamente, la imprecisión y suciedad sus principales señas de identidad.
Ya no soy el adolescente que brincaba con esta música y no puedo ni quiero ser objetivo, reconozco que aquello queda muy lejos, y por eso no me cuajó su actuación.
Eso sí, su directo fue impoluto. Quienes vibren aún con su música, seguro que gozarían como críos. A juzgar por el ambiente que imperó durante su actuación muchos todavía siguen disfrutándolos.

A esto, nos damos cuenta que llevamos sin líquido un buen rato. Nos hemos quedado sin tickets y nos disponemos a hacer cola.
Una señorita nos advierte de que nos hemos colado, que la fila es más larga de lo que creíamos.
Y de hecho, cuando buscamos el final de esta, nuestros ojos recorren de lado a lado la sala con una incredulidad acojonante. ¡Madre de Dios!, nos hemos relajado demasiado y hay una espera de tropecientos poperos esperando su ansiado papelajo...

Hacemos intento y esperamos un rato, pero para cuando queremos darnos cuenta somos presos de la ansiedad y la desesperación. Yo no estoy dispuesto a morirme de sed en tal evento...
En un último intento por agarrarme a la vida, me agarro al brazo de Lupin y le suplico que hagamos algo. Es entonces cuando resuenan en mi cerebro las cálidas palabras de mi amigo Cass: "Si a última hora cambiáis de idea y os interesa, estaremos en el Boogaclub viendo a los Little Cobras y a los Hollers, por cinco pavos...."

Justo aquí es donde esta crónica del Extratonauta se convierte en otra cosa:

THE LITTLE COBRAS + THE HOLLERS
(Boogaclub, 28 Marzo)

Poco tardamos en darnos cuenta que el cambio de ambiente nos haría bien. Con una discreta y enfervorecida asistencia de personal, casi todo caras conocidas, eso sí, la doble velada de rock´n´roll se hizo dueña de la noche.
The Little Cobras y The Hollers, procedentes de cádiz y málaga respectivamente, suponen la nueva remesa del joven sello sevillano Discos Monterrey, y yo ya había sido advertido ,como digo por Cass -que danzaba por allí junto nuestro particular aprendiz de Kim Fowley, Toonige Head- de sus buenas maneras antes de que comenzase a sonar la música en vivo.

El trío The Little Cobras nos abofeteó con su enérgico blues-rock y de repente, mis acompañantes, dejaron de lado el lamentable incidente por el que habíamos pasado para así sacarle todo el jugo a lo que nos quedaba de noche. A mí me recordaron de inmediato a los admirados Jon Spencer Blues Explosion, no sólo comparten formato (dos guitarras y batería) sino también actitud y sonido. Toda una celebración de la vida, servida en dosis de tres minutos, con un frenético envoltorio que rezuma rock y roll por todos lados. Las voces de los cuasisemejantes frontmen se mezclan y doblegan a su antojo, dotando al espéctaculo de una capacidad estereofónica digna de ver y escuchar.

Los allí presentes se rendían a los sonidos de callejón y nuestros cuerpos no tenían más dueño que el electrizante sonido de las Pequeñas Cobras... ni que decir tiene que mis amigos Egg y Lupin también se dejaron absorver por la contagiosa atmósfera que campaba en el Boogaclub.

La actuación se nos hizo tan breve que, entre humeantes risas se nos vino encima el comienzo del show que protagonizaron los Hollers. Personalmente he de decir que fueron mi sorpresa particular de la jornada. Al anteriormente dúo se suma un tercer miembro al piano que dota su blues de un genuíno aire piano-bar. Deliciosa fue su actuación: slides, voz gutural, honky tonks, delta del ebr...ujum...Mississippi....varios nombres me vinieron a la cabeza, viejos bluesmen de esos que salvan un alma, aún así, sería injusto citar ninguno. Mejor quedarse con el nombre de The Hollers, apuntarlo a la agenda y seguir su pista discográfica.

A quienes ya les conocieran, seguro que no sorprendieron, pero lo que sí es seguro es que todos los allí presentes babeamos con su música (o eso al menos me pareció a mí...)
Bravo por los dos grupos, y enhorabuena a los organizadores que velan por nuestro bienestar y por el de la cultura rocanrolera en Granada.


Lo que sucedió después del concierto a nadie le importa, mejor dejar aspectos extramusicales fuera de la crónica, pero también podría dar para un par de párrafos...
Después de tanto accidente, mis acompañantes y yo nos fuimos exhaustos y con una sonrisa a dormir esa noche.



Por Zeta

2 comentarios:

dark 'cobraLite dijo...

Como te las gastas... con pies de plomo.

Anónimo dijo...

con razón no nos videmos....... extratotránsfugas