Este artículo ha sido rescatado de la web plazapublica.info
Pocos discos en España pueden presumir de la etiqueta rock and roll con todas las letras.
Pocos tanto como FERPECTAMENTE, de los primeros Enemigos.
Pocos discos suenan tan vitamínicos y despreocupados como el debut de la banda madrileña.
Tras haberse pateado todos los concursos y verbenas de la capital derrochando rythm and blues, o bluegrass, o hillbilly, o lo que se les pusiera en los cojones.
Eso sí, asumiendo a Hound Dog Taylor y rebozándolo a la española, o mejor dicho a la madrileña.
Porque versionar a Los Beatles, a Joe Tex y a los Yardbirds (con permiso de los Sirex) con semejante descaro no era propio de las bandas de la manida, digo de la movida.
La movida de los Enemigos era otra.
En su música se mezcla el fuagrás casero, la paella del pueblo y la cafetera de mismísimo Juan Valdés.
Sin olvidarnos por supuesto de los porrones del Bar de Marcelino.
FERPECTAMENTE, además de ser un disco para el verano (Groovieland dixit), es una tragicomedia que refleja a su manera una España.
La misma de la caña y el pincho como refugio de los bajos salarios y el bienestar postransición.
El ataque aquí se baña en el sudor de una telecaster.
Las pequeñas píldoras que contiene este artefacto están cortadas con el mismo polvo blanco de Los Cramps de la época Chilton.
Este disco se engulle del tirón, aunque Gabrielle hable francés, y aunque Florinda sea difícil de digerir.
¿Que los Enemigos no sonaron tan rock and roll y bizarros nunca más?
Seguro, luego transitarán parcelas más inteligentes y crípticas, pero es la sana ingenuidad de tres muchachotes sin porvenir lo que hace de estas 15 (!!!) canciones un momento único en el rock, llamado urbano, español.
Sithbass
Pocos discos en España pueden presumir de la etiqueta rock and roll con todas las letras.
Pocos tanto como FERPECTAMENTE, de los primeros Enemigos.
Pocos discos suenan tan vitamínicos y despreocupados como el debut de la banda madrileña.
Tras haberse pateado todos los concursos y verbenas de la capital derrochando rythm and blues, o bluegrass, o hillbilly, o lo que se les pusiera en los cojones.
Eso sí, asumiendo a Hound Dog Taylor y rebozándolo a la española, o mejor dicho a la madrileña.
Porque versionar a Los Beatles, a Joe Tex y a los Yardbirds (con permiso de los Sirex) con semejante descaro no era propio de las bandas de la manida, digo de la movida.
La movida de los Enemigos era otra.
En su música se mezcla el fuagrás casero, la paella del pueblo y la cafetera de mismísimo Juan Valdés.
Sin olvidarnos por supuesto de los porrones del Bar de Marcelino.
FERPECTAMENTE, además de ser un disco para el verano (Groovieland dixit), es una tragicomedia que refleja a su manera una España.
La misma de la caña y el pincho como refugio de los bajos salarios y el bienestar postransición.
El ataque aquí se baña en el sudor de una telecaster.
Las pequeñas píldoras que contiene este artefacto están cortadas con el mismo polvo blanco de Los Cramps de la época Chilton.
Este disco se engulle del tirón, aunque Gabrielle hable francés, y aunque Florinda sea difícil de digerir.
¿Que los Enemigos no sonaron tan rock and roll y bizarros nunca más?
Seguro, luego transitarán parcelas más inteligentes y crípticas, pero es la sana ingenuidad de tres muchachotes sin porvenir lo que hace de estas 15 (!!!) canciones un momento único en el rock, llamado urbano, español.
Sithbass
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