lunes, 2 de junio de 2008

CRÓNICA. THE BLACK ANGELS

THE BLACK ANGELS
La Maroquinerie

(09/05/08)

Con esta gente no me cansaré de babear así como así, ¡qué buenos son maldita sea! Reconozco que soy fans, de estos sí, de otros aunque me han sorprendido para bien no puedo decir lo mismo. Pese a mi debilidad por el grupo de Austin hablaré con toda la objetividad de la que puedo hacer gala. Eso sí, la objetividad es subjetiva. Pero es que por lo que a mí respecta cada detalle que rodea a la banda me parece exquisito, a lo que hay que añadir: dos discazos impropios de su época y dos conciertos donde me han encantado, hipnotizado y seducido…¡vivan los angelitos negros!

Como no podía ser de otra manera comenzaron con "Young Men Dead", ¡qué guitarras! ¡Qué sonido! La Maroquinerie llena a más no poder convertida en una cueva. Los Black Angels en su línea: afilados, profundos, intensos, originales, con la cabeza en el pasado (esos 13th floor elevators, esa Velvet y tantos otros santos nombres de esto que llaman Rock&Roll) pero con la mirada hacia delante. Una mirada, la del cantante Alex Maas, que recuerda a la del mismísimo Cañizares en sus grandes noches de fútbol, perdida en la inmensidad pero poderosa, con un punto de locura impostada que resulta cargante pero con la soberbia y la seguridad del que se sabe que hace lo que tiene que hacer y no hay nadie como él.

Continuaron con "Sniper at the Gates of Heaven", "Mission District" y "Better Off Alone" una velada psicodélica que se extendería a algo más de hora y media. Rock atemporal, flipado y eterno.

A poco menos de 10 minutos paseando queda el cementerio de Père Lachaise donde descansa Jim Morrison, personaje que se hace presente gracias a esa voz que gasta Maas y a esa banda tan bien engrasada que son los Black Angels.

Demoledores, el Farfisa atrona, la Rickenbaker embruja, ellos se van cambiando de instrumentos de forma que ya no sé quién es bajista, quién percusionista ni a qué dedican el tiempo libre pero da igual, lo que importa es el concepto y estos chicos se saben la lección al dedillo, vaya que sí.

Los temas de Direction to See a Ghost fueron cayendo poco a poco, enlazando la gloriosa "Doves", "Science Killer" y la mágica "Deer-Ree-Shee". De obligada mención es que el sonido iba aumentando a cada tema de una forma acojonante. Tras esta terna tocaron "Black Grease" y la genial "Manipulation". Desde mi posición se veía que esa era la última canción del set principal de la actuación, pero un entregadísimo público consiguió que ni siquiera hicieran amago alguno de entrar en la caseta y ofrecieron "First Vietnamese War", tras la cual sí que cumplieron con el ritual de entrar para luego salir y a partir de ese momento ya no se respetó el set-list programado y yo que me alegro. Para empezar una alucinada y alargada versión de "Never/Ever, el Tema más redondo del Directions. "The Return" y "You On the Run" siguieron y para cerrar la noche una lisérgica versión del "I Wanna Be Your Dog" de los Stooges que golpeó con una fuerza tremenda.

Con Brian Jonestow Massacre en la camiseta
Enormes.
Una noche mágica.

Junto a los Sadies y los Black Mountain forman el grupo más esperanzador de los que gustan del Rock con guitarras y alma en estos tiempos difíciles, aunque gracias a este tridente la cosa no es para tanto.

Better Off Alone





Por mED Vega (una noche en Escocia)

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