VETUSTA MORLA - Un día en el mundo
(Pequeño salto mortal, 08)
(Pequeño salto mortal, 08)
Existen discos a los que tras una primera escucha le niegas más oportunidades y castigas en aquel cajón olvidado para las compras no deseadas. Pero, tras una última oportunidad, descubres que ese disco te puede demostrar más valía de la que en una primera presentación pareciese y esconde grandes momentos musicales.
Pero no estoy aquí para hablar de uno de estos discos, sino para hacerlo de uno de esos que tras escuchar su single en algún medio de comunicación se te pega como un chicle en el culo (que algún indeseable dejó en un banco) y a partir de ahí te acompaña a todas partes porque ni tu madre es capaz de destruirlo.
Este es el disco de debut del sexteto madrileño Vetusta Morla, que tras 9 años de girar por los escenarios españoles dan el salto para grabar su primer largo tras publicar anteriormente una maqueta (La cuadratura del círculo) y un mini álbum (Mira), del que en la actualidad han regrabado algunas temas para introducirlos en el álbum.
Tantos años de espera para su debut realzan el número de hits pero disminuyen la sorpresa para el oyente, pues si les habías visto o escuchado anteriormente, lo nuevo no sabe a tan nuevo.
En el disco se refleja mucha fuerza, es rock aderezado con infinidad de arreglos que, aunque las comparaciones son odiosas, recuerdan a Radiohead; escúchense sino "Autocrítica" o "Valiente".
Sus letras no son de carácter épico ni infinito, sino todo lo contrario, tratan de lo cotidiano y común (el título del disco tiene mucho de ello), de aquellos pequeños detalles que al prestarle atención te endulzan o amargan el día. Hablan de viajes, caminos a seguir y se detienen a observar manos y dedos.
También destacan algunas baladas donde aparecen sus influencias beatlelianas, como ocurre en "Copenague" y en "Rey sol"; pero el tema de más repercusión y que conjuga a la perfección armonía vocal e instrumental es el de título homónimo al disco.
A resaltar "La cuadratura del círculo", en la que cambian de rol y se disfrazan de unos Standstill llenos de rabia y trazan un tema en el que su vocalista Pucho se desgañita y retuerce a base de bien, y en el que reivindican América latina como unos Ska-P en sus mejores momentos.
Sí, el rock está de enhorabuena con este grupo madrileño y si cansados están de grupos prefabricados donde cuenta más el maquillaje, la peluquería, el vestuario, las poses y las fotografías, este es su disco y es que señoras/es los Vetusta Molan.
Pero no estoy aquí para hablar de uno de estos discos, sino para hacerlo de uno de esos que tras escuchar su single en algún medio de comunicación se te pega como un chicle en el culo (que algún indeseable dejó en un banco) y a partir de ahí te acompaña a todas partes porque ni tu madre es capaz de destruirlo.
Este es el disco de debut del sexteto madrileño Vetusta Morla, que tras 9 años de girar por los escenarios españoles dan el salto para grabar su primer largo tras publicar anteriormente una maqueta (La cuadratura del círculo) y un mini álbum (Mira), del que en la actualidad han regrabado algunas temas para introducirlos en el álbum.
Tantos años de espera para su debut realzan el número de hits pero disminuyen la sorpresa para el oyente, pues si les habías visto o escuchado anteriormente, lo nuevo no sabe a tan nuevo.
En el disco se refleja mucha fuerza, es rock aderezado con infinidad de arreglos que, aunque las comparaciones son odiosas, recuerdan a Radiohead; escúchense sino "Autocrítica" o "Valiente".
Sus letras no son de carácter épico ni infinito, sino todo lo contrario, tratan de lo cotidiano y común (el título del disco tiene mucho de ello), de aquellos pequeños detalles que al prestarle atención te endulzan o amargan el día. Hablan de viajes, caminos a seguir y se detienen a observar manos y dedos.
También destacan algunas baladas donde aparecen sus influencias beatlelianas, como ocurre en "Copenague" y en "Rey sol"; pero el tema de más repercusión y que conjuga a la perfección armonía vocal e instrumental es el de título homónimo al disco.
A resaltar "La cuadratura del círculo", en la que cambian de rol y se disfrazan de unos Standstill llenos de rabia y trazan un tema en el que su vocalista Pucho se desgañita y retuerce a base de bien, y en el que reivindican América latina como unos Ska-P en sus mejores momentos.
Sí, el rock está de enhorabuena con este grupo madrileño y si cansados están de grupos prefabricados donde cuenta más el maquillaje, la peluquería, el vestuario, las poses y las fotografías, este es su disco y es que señoras/es los Vetusta Molan.
Por Dj Playmobil
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