El después y el antes para Alex Chilton
Para hablar de Big Star es inevitable hablar de Alex Chilton, del mismo modo que cuando queremos acercarnos al hombre, cuando hablamos de Alex Chilton, no podemos hacerlo sin pasar por Big Star. Así, la influencia de Big Star en la psique de su principal compositor tuvo repercusiones tan graves como reconocimientos varios en las décadas que siguieron a su breve periodo de existencia.
Durante las sesiones que dieron fragua al maldito y majestuoso Third/Sister Lovers el ambiente estaba gobernado por las drogas, el alcohol y la desesperación de Chilton. Vista la escasa atención que su música recibía y sabedor de su talento, la depresión se hizo dueña de su vida desembocando (demos gracias) en un disco desgarrador, maravilloso.
Pero poco después la cosa no fue a mejor. La supervivencia de Alex como escritor de canciones no parecía una buen negocio, ni para su estómago ni para su cabeza, y aún así las sesiones continuaron. Después de todo, qué mejor podía hacer él, si era lo único que había hecho en su vida, si era lo mejor que sabía hacer y valía para ello. La salida era seguir adelante y no pensar demasiado.
Alex Chilton se hace acompañar de su antiguo compañero Richard Rosenrough, junto con el genial guitarrista y productor Jon Tiven y otros "amigos" (incluidos Andy Hummel o Chris Bell), para improvisar en los estudios Ardent, testigos de tantos buenos y malos momentos en el pasado, una serie de canciones sin nexo común que servirían para completar un debut en solitario que todavía suena igual de desastroso (pese a la remezcla de Tiven en 1993) que en el momento de su gestación. Indigno a priori para los fans de Big Star.
Sin embargo, el principal interés del elepé recae en la frescura y espontaneidad de los músicos interpretando sin presión, por igual, versiones varias del repertorio Chilton ("Jesus Christ", "Bangkok" o "Free Again") y homenajes a sus admirados Beatles ("I´m so tired"), Rollings ("Singer not the song") o Eddie Cochran ("Summertime Blues"). Pese a no ser suficiente para lo que se le supone al autor, justifican la existencia del disco, después de todo. Otros habrían matado por canciones así.
Interpretaciones todas ellas que permiten sacar segundas lecturas indicativas del precario estado de Chilton, y aún así dignas si tenemos en cuenta que les salen sin demasiado esfuerzo.
Todavía quedan vestigios de las gloriosas armonías vocales de otra época, y Chilton sigue tocando la guitarra como siempre. Un par de bottoms como prueba: "(Every time I) close my eyes" y "All of the time".
Sólo en la inicial "Take me home and make me like it" el ambiente festivo y rocks de la época Box Tops se hace evidente.
Pese a no ser precisamente lo que uno esperaba del debut oficial de Chilton, debemos reconocer el contexto en el que se grabó y sacar lo bueno de un disco que no es tal, sino que más bien parece un ensayo privado al que hemos sido invitados sin tener porqué. De este modo, el valor del album es exclusivamente coyuntural, ya que, aunque en sus surcos todavía asoman el talento y las buenas formas que hicieron de Alex un artista único, la inspiracion compositiva está claramente mermada y el instinto melódico del músico se sabe en cuesta abajo tiempo después de su cénit a bordo de la Gran Estrella.
Chilton escribe 9 de estas 13 canciones y coescribe con Manning y Rosebrough otro par de ellas.
El regusto soul de Chilton cede espacio a unas partituras que beben del rock 70´s, sólo presente a veces en sus aportaciones en Big Star y posteriormente explotado con peor suerte en su carrera en solitario.
La triada inicial como prueba de un inédito e inspiradísimo Alex resolviendo rockandrolles es disfrutable a más no poder ("Come on Honey", "I can dig it", "Just to see you"), pero la cosa no acaba ahí.
La prueba irrefutable del daño que hizo la poca suerte de Big Star en su ánimo queda patente en la siguiente canción: comparen este "Free Again" con las diferentes tomas que de la canción hace en el citado Bach´s Bottom.
Comparado con los tres pilares que dejaron para la posteridad como Big Star, este 1970 puede parecer un disco menor. Sin embargo, es necesario abstraerse y olvidar (si es que esto es posible) la quintaesencial banda del powerpop (allmusic dixit) para valorar en su justa medida la música aquí contenida.
¡Dios!, ¡Si es que no hay por dónde encontrarle un fleco suelto!, "Something deep inside", "I wish I could meet Elvis", la negroide "All I really want is money", la balada con deje roots "The happy song" ...todas y cada una de estas canciones merecen de un reconocimento extra. Si alguien osa dudar de Alex Chilton al mando de Big Star, que se ponga este disco. Pletórico es el primer adjetivo que se me viene a la cabeza.
Y aún hay más, mucho más. Una de las joyas de la corona sería "Every day as we grow closer", donde la fibra sensible de Chilton alcanza cotas que solo están al alcance de los grandes, ¡el vello de punta oiga! Y, ¿qué me dicen de "The EMI song (smile for me)"? Si como bien apuntaba Sithbass en la primera parte de este dossier el #1st record de Big Star les garantizaba un lugar en la historia del rock, con 1970 Alex pagó la primera entrada para su parcela de cielo.
Y si creen que aquí acaba todo, esperen a escuchar el "Jumpin´Jack flash" made in Chilton, sin amedrentarse, poniéndose a la altura de Sus Majestades con un descaro impropio del imberbe que era por entonces. Y para el cierre un Medley de "Sugar sugar/I got the feeling".
Comparando los dos debuts del músico de Memphis podemos sacar varias conclusiones. Sin embargo se lo dejo a ustedes.
Yo voy a ponerme el Jumpin´otra vez que me esperan para dar una vuelta.
Por Zeta
Pero poco después la cosa no fue a mejor. La supervivencia de Alex como escritor de canciones no parecía una buen negocio, ni para su estómago ni para su cabeza, y aún así las sesiones continuaron. Después de todo, qué mejor podía hacer él, si era lo único que había hecho en su vida, si era lo mejor que sabía hacer y valía para ello. La salida era seguir adelante y no pensar demasiado.
BACH´S BOTTOM (Razor & Tie, 1975)
Publicado previamente a Third, Bach´s Bottom (juego de palabras en alusión a la primera banda de Chilton) es una colección de canciones destartalada, sin orden ni concierto. No hay aparentemente ningún intento de unicidad en su conjunto, no hay ni siquiera una clara ambición por labrarse un nombre en solitario reseteando y empezando de cero. Alex Chilton se hace acompañar de su antiguo compañero Richard Rosenrough, junto con el genial guitarrista y productor Jon Tiven y otros "amigos" (incluidos Andy Hummel o Chris Bell), para improvisar en los estudios Ardent, testigos de tantos buenos y malos momentos en el pasado, una serie de canciones sin nexo común que servirían para completar un debut en solitario que todavía suena igual de desastroso (pese a la remezcla de Tiven en 1993) que en el momento de su gestación. Indigno a priori para los fans de Big Star.
Sin embargo, el principal interés del elepé recae en la frescura y espontaneidad de los músicos interpretando sin presión, por igual, versiones varias del repertorio Chilton ("Jesus Christ", "Bangkok" o "Free Again") y homenajes a sus admirados Beatles ("I´m so tired"), Rollings ("Singer not the song") o Eddie Cochran ("Summertime Blues"). Pese a no ser suficiente para lo que se le supone al autor, justifican la existencia del disco, después de todo. Otros habrían matado por canciones así.
Interpretaciones todas ellas que permiten sacar segundas lecturas indicativas del precario estado de Chilton, y aún así dignas si tenemos en cuenta que les salen sin demasiado esfuerzo.
Todavía quedan vestigios de las gloriosas armonías vocales de otra época, y Chilton sigue tocando la guitarra como siempre. Un par de bottoms como prueba: "(Every time I) close my eyes" y "All of the time".
Sólo en la inicial "Take me home and make me like it" el ambiente festivo y rocks de la época Box Tops se hace evidente.
Pese a no ser precisamente lo que uno esperaba del debut oficial de Chilton, debemos reconocer el contexto en el que se grabó y sacar lo bueno de un disco que no es tal, sino que más bien parece un ensayo privado al que hemos sido invitados sin tener porqué. De este modo, el valor del album es exclusivamente coyuntural, ya que, aunque en sus surcos todavía asoman el talento y las buenas formas que hicieron de Alex un artista único, la inspiracion compositiva está claramente mermada y el instinto melódico del músico se sabe en cuesta abajo tiempo después de su cénit a bordo de la Gran Estrella.
1970 (Ardent, 1996)
Registrado en las sesiones posteriores a su separación de los Box Tops, en 1970, esta otra colección fue concebida en su momento como el debut en solitario de Alex Chilton. Sin embargo, el peso de su encuentro con Chris Bell y la lluvia de ideas que dieron lugar al #1st de Big Star, acabaron por enterrar bajo una losa esta grabación durante años.Chilton escribe 9 de estas 13 canciones y coescribe con Manning y Rosebrough otro par de ellas.
El regusto soul de Chilton cede espacio a unas partituras que beben del rock 70´s, sólo presente a veces en sus aportaciones en Big Star y posteriormente explotado con peor suerte en su carrera en solitario.
La triada inicial como prueba de un inédito e inspiradísimo Alex resolviendo rockandrolles es disfrutable a más no poder ("Come on Honey", "I can dig it", "Just to see you"), pero la cosa no acaba ahí.
La prueba irrefutable del daño que hizo la poca suerte de Big Star en su ánimo queda patente en la siguiente canción: comparen este "Free Again" con las diferentes tomas que de la canción hace en el citado Bach´s Bottom.
Comparado con los tres pilares que dejaron para la posteridad como Big Star, este 1970 puede parecer un disco menor. Sin embargo, es necesario abstraerse y olvidar (si es que esto es posible) la quintaesencial banda del powerpop (allmusic dixit) para valorar en su justa medida la música aquí contenida.
¡Dios!, ¡Si es que no hay por dónde encontrarle un fleco suelto!, "Something deep inside", "I wish I could meet Elvis", la negroide "All I really want is money", la balada con deje roots "The happy song" ...todas y cada una de estas canciones merecen de un reconocimento extra. Si alguien osa dudar de Alex Chilton al mando de Big Star, que se ponga este disco. Pletórico es el primer adjetivo que se me viene a la cabeza.
Y aún hay más, mucho más. Una de las joyas de la corona sería "Every day as we grow closer", donde la fibra sensible de Chilton alcanza cotas que solo están al alcance de los grandes, ¡el vello de punta oiga! Y, ¿qué me dicen de "The EMI song (smile for me)"? Si como bien apuntaba Sithbass en la primera parte de este dossier el #1st record de Big Star les garantizaba un lugar en la historia del rock, con 1970 Alex pagó la primera entrada para su parcela de cielo.
Y si creen que aquí acaba todo, esperen a escuchar el "Jumpin´Jack flash" made in Chilton, sin amedrentarse, poniéndose a la altura de Sus Majestades con un descaro impropio del imberbe que era por entonces. Y para el cierre un Medley de "Sugar sugar/I got the feeling".
Comparando los dos debuts del músico de Memphis podemos sacar varias conclusiones. Sin embargo se lo dejo a ustedes.
Yo voy a ponerme el Jumpin´otra vez que me esperan para dar una vuelta.
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