sábado, 1 de noviembre de 2008

DOSSIER. BIG STAR. (I/2)

BIG STAR
deja que te acompañe a casa esta noche

Injustamente ignorados en su día para luego ser reivindicados por Michael Stipe, Teenage Fanclub y un sinfin de grupos más.

Decir Big Star es decir irremediablemente Alex Chilton. Y es que la figura de este joven autor estará ligada para los restos a un modo único de escribir canciones.
Ya había conocido lo efímero del éxito con el tema “The letter”, liderando a unos prematuros Box Tops con solo 16 años!!, entre 1967 y 1969.

Tras vagar por New York City durante un par de años, Chilton vuelve a Memphis con la intención de completar un álbum en solitario ayudado por su amigo Richard Rosebrough; pese a haber recibido la oferta de montar un dúo junto a un tal Chris Bell, músico de sesión de la escena local que no acaba de encontrar suerte con el trío Ice Water (completado por el bajista Andy Hummel y el batería Jody Stephens).
Finalmente Chilton decidirá unirse a Ice Water, rebautizados Big Star, al igual que una cadena de supermercados.


#1 RECORD (Ardent/Stax, 1972)

Pata Negra. Así los definió Mr. Groovie al presentármelos. La primera grabación de los de Tennessee supone una perfecta carta de presentación donde dos compositores se muestran en perfecta comunión.
Por un lado el Pop de Bell (verdadero arquitecto del sonido inicial de la banda), en una línea cercana a gente como Beatles, Byrds o Kinks, y por otro el reverso Soul de Chilton.
#1 Record es un excelente álbum de Rock and Roll. Las guitarritas que se marcan los amigos en ejemplos como “Feel”, “In the street” o “Don´t lie to me” son para, con perdón, mear y no echar gota. Como si de orfebres se tratase.
Claro está, por descontado, que lo que justifica parte del culto a Big Star sean las preciosas “The Ballad of El Goodo” (sin palabras) y sobre todo la archiconocida “Thirteen”, quizás la canción de amor inocente más bella jamás escrita y por la cual estos jovencitos podían irse a acostar tranquilamente, sabiéndose ya parte de la historia de este jodido rollo del rock.
Todos los temas están firmados por el binomio Bell-Chilton, a excepción de “My life is right” y la menor “The India song”.
La cara B se abre con más guitarras marca de la casa en “When my baby’s beside me”, para luego acabar con un cierre más íntimo. ¿Quién diablos puede negarles el perdón en “Give me another chance”? Yo no sería capaz, me tienen ganado desde el día en que me copié aquella cassette. En “Try Again” es Chris la voz del lamento, pero antes de irse nos dejan babeando con otra perla: “Watch the sunrise”. Qué voces!, madre mía! Y lo que quedaba por venir.

Tras la escasa promoción (problemas con las distribuidoras Stax y Columbia) y la consuecuente pobre repercusión del elepé, los ánimos decrecen considerablemente, sobre todo para un deprimido Bell. Pese a su imprescindible trabajo en 1st Record, la prensa focalizó la crítica en torno a la figura del ex-Box Tops como principal valedor de méritos. Evidentemente, Chris se negaba a ser eclipsado por Alex. Además, mientras Bell insiste en su intención de limitarse a ser una banda de estudio (su gusto por los arreglos es manifiesto), Chilton concibe Big Star como vehículo eminentemente hecho para el directo.
En Navidad Bell abandona el proyecto.

[Durante años, Chris Bell continuará depositando a solas su talento al servicio de temas como “I am the cosmos” o “You and your sister”. En 1978, un trágico accidente de tráfico acaba con su vida.]

RADIO CITY (Ardent/Stax, 1973)

Ya como trío, aunque ayudados por Rosebrough, y no sin dificultades (durante un tiempo la banda dejó de existir) construyen el material que da forma a su 2º álbum.
Radio City se abre de forma inmejorable con un nuevo arrebato de rock titulado “O my soul” que demuestra que el excelente estado de forma de Alex permanece intacto.
El sonido es más crudo, próximo a una grabación en directo. Básicamente guitarras, bajo y batería y, cuando es necesario piano y teclados. Sin los arreglos de su predecesor.
La sensibilidad melódica de “Life is white” o “What’s going ahn” acabarán por sentar las bases sobre las que se edificará, años despues, el fenómeno conocido como Power Pop, que no será sino una mera reinterpretación de las enseñanzas Chiltonianas.
La combinación de guitarras acústicas y eléctricas es sublime, y los estribillos pluscuamperfectos (“Back of a car”). Si tuviera que elegir mi favorita, esta sería “You get what you deserve”, aunque también es cierto que si me preguntas mañana quizá sea “September Gurls”, o tal vez “She’s a mover”, o…

Pop tocado por la gracia de Dios.

[Un consejo: adquiere los dos cd’s en cualquiera de las múltiples ediciones existentes en un solo cd (tirado de precio en FNAC) y te habrás hecho uno de los favores de tu vida. En mi caso probablemente sea el cd que más y mejor he amortizado.]

De nuevo una mínima distribución del elepé acabó por disipar cualquier esperanza de éxito. Andy Hummel deserta en pos de terminar sus estudios universitarios.

Alex y Jody se embarcan junto al bajista John Lightman en una gira por la costa este.

THIRD / SISTER LOVERS (Aura, 1978)

El grupo, por llamarlo así, se recluye en los Ardent Studios durante el otoño del 74 para preparar un tercer disco doble, no sin antes haber probado suerte en distintos empleos, digamos normales.

Poco despues se producirá la quiebra y posterior cierre de Ardent Records por lo que se quedan sin casa. La implicación de Stephens y Lightman se verá reducida a la mínima expresión; de hecho, la lista de músicos que intervienen es interminable.

Pero amigo, este disco nació para pasar a la historia. ¿Por su éxito comercial? No precisamente. Third o Sister Lovers (en honor a dos hermanas, novias de Stephens y Chilton) tendría que esperar a 1978 para ver la luz (y gracias) tras 4 años en el limbo y con el grupo más que deshecho.

Para ser justos, lo que en un principio empezó como el tercer álbum de Big Star, concluyó por ser el disco debut de Alex Chilton. Tras su grabación Jody deja a Alex, ya que su relación se había ido tensando excesivamente. Además, Jody ha manifestado en más de una ocasión que aquellas grabaciones fueron concebidas como demos, nunca pensadas para el formato disco.

Para muchos se trata de su mejor obra, para lo cual tiene papeletas de sobra: por su carácter de disco maldito, por el desconsuelo y desencanto manifiesto entre sus surcos, por la depresión que arrastraba su autor…

No se trata de un disco de tratamiento luminoso como los anteriores, de hecho la excelsa producción de Jim Dickinson no hace sino llenar el poco espacio libre dejado por los lamentos de Chilton, para rozar la angustia en las dolorosas “Holocaust”, “Kanga Roo” y “Big black car” donde repite aquello de: “...nothing can hurt me...”. Cualquiera lo diría.

De hecho títulos como “Thank you Friends” evidencian el cinismo parido desde los corazones rotos, preciosa como también lo son “O Dana” y “For You”.
Además, si se atreven a versionar “Femme fatale” y salen victoriosos de la tarea, el oyente solo podrá inclinarse y quitarse el sombrero. Chapeau!

Tenemos pues otra manifestación de las excelentes maneras de compositor de este genio (esta vez transformando una alcoholizada y frustrante existencia en canciones), otro regalo para nuestros oidos. El que firma solo puede verter palabras de admiración hacia un creador que merece el mismo status y Gloria de que gozan otros señores a los que se lleva de calle [¿Barret oigo por ahí?, ¿quién da más? Sí señor. Arthur Lee. ¿Bowie?¿Han dicho Bowie?]. Aunque cierto es, que para los que le profesamos devoción, no sería lo mismo de no ser por su condición de ilustre perdedor.

En algunas ediciones, a sus 14 temas, se le añaden los 5 que completan aquellas sesiones: “Nature Boy”, “Till the end of the day”, “Dream Lover”, “Downs” y “Whole lotta shakin’ goin’ on” con los que difícilmente el fan enfervorecido se verá saciado.


NOTA: No, no se me olvida el cuarto álbum, aquél In Space junto a Jody, además de Jon Auer y Ken Stringfellow (miembros de Posies). Es sólo que sería desacertado someterlo a análisis como continuación de una trilogía que se escribió en el primer lustro de los setenta. Entiéndanme, …con tanta lluvia de por medio…además, los 90, ya se sabe ¿no?, fueron otra cosa.




Por Sithbass
Ilustraciones: Sithbass

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