lunes, 19 de octubre de 2009

DISCOGRAFÍA RECOMENDABLE. THE FELICE BROTHERS y THE DUKE AND THE KING

THE FELICE BROTHERS
"Yonder is the clock"
(Team love rds, 09)



















The Felice Brothers
no pierden el tiempo.

El quinteto neoyorkino nos dejó un discazo hace sólo un año y ya tienen el siguiente en las tiendas. Precisamente por eso, porque parecen tener bastante claro que no conviene desperdiciar ni un minuto de su talento, y porque la vida pasa y hay que aprovechar mientras la máquina funcione, titulan su nuevo disco Yonder is the clock (extraído de la novela El forastero misterioso de Mark Twain).

Estos chicos son irresistibles, incombustibles. A mí no me gustan los nuevos trabajos de Bob Dylan, los cambio todos por cualquiera de The Felice Brothers. Permítanme la broma pero es que la "mierda" actual de Dylan huele a precocinado ejercicio de estilo.
Ya se que Dylan es Dylan y no seré yo quien lo apalee, pero es que el alma que tienen los Felice no la tiene el de Duluth hace ya varios lustros.

Comparaciones aparte, no encontrareis nada nuevo en este disco. The Felice Brothers no necesitan un elepé que los haga grandes, no necesitan innovar a cada paso. Son una panda de románticos que aman la música y la vida, sólo hacen lo que saben y, además, se les da realmente bien. Basta escuchar algo como "Sailor song" para asegurar que son grandes. O mejor, que siempre lo han sido.

Música impregnada de raices, tradicional, música real, música viva.
Sus pequeñas baladas llenas de nostalgia y esas tonadas festivas bañadas en alcohol son ya seña de identidad.

Más de lo mismo, y eso no es sino una buena noticia.
Este año tendremos de nuevo a los Felice como invitados en nuestras noches de humo y whisky.


THE DUKE AND THE KING
"Nothing gold can stay"
(Houston Party, 09)




















The Duke and The King es el nuevo proyecto de Simon Felice, quien hasta hace nada lideraba desde la batería a los Felice Bros, acompañado esta vez por Robert Burke. La historia de este disco viene marcada por un suceso desagradable en la vida de su autor, la pérdida del bebé que esperaba con su mujer, nada menos. Y por ahí he leido que el proceso catárquico que supuso la creación de estas canciones le salvó la vida.

El album comparte algunas características con la banda de sus hermanos: existe un profundo respeto por la tradición, las canciones desprenden ese sentimiento de tristeza, derrota y amargura que tan buenos resultados depara a los Felice y, volviendo a lo de antes, también hay alma entre estos surcos.

Quizá la diferencia más sustancial radica en el tratamiento de las voces, con una marcada querencia por el soul, o en la producción, sofisticada y respetuosa al mismo tiempo.
En definitiva, no deberíamos considerar este disco como un proyecto menor de su autor, sino mas bien como otra pieza más en la colección de buena música que nos ofrece la familia Felice, de otra manera estariamos negando la grandeza de "Union Street", "Still remenber love", "Suzanne", "If you ever get famous" o "The morning I get hell".



Por Zeta (Nothing gold can stay)



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desafortunadísima la comparación con Bob Dylan tío, no puedo creer que si TU has escuchado el Love and Theft o el Modern Times los califiques de "precocinado ejercicio de estilo" o de desalmado desde hace lustros, el reciente Together through Life es un pepino y antes de esta terna te encuentras una absoluta obra maestra que es Time Out of Mind y no te tienes que ir a los 60/70s.

Escúchalos bien, anda, que se te ven maneras, cojones, no caigas en el manido cliché de atacar a la leyenda para engrandecer al novel. Si los Felice Brothers se defienden solos.

Además, que puestos a atacar a Bob, hazlo con pelotas, no te escudes en un "si se me permite la broma" o en un mierda entrecomillado, responsabilízate de cada palabra que escribes y si algo no te gusta lo descabezas con argumentos no con una pataleta.

En fin, cuestión de gustos.

Un fraternal abrazo con tironcete de orejas/ojeras incluído. Es bueno tenerte de vuelta.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
SERIE B fanzine dijo...

Vale, lo reconozco. Es una pataleta.

No me cae muy allá el hombre de las mil caras.
Sus últimos discos no están mal, aunque a mí no me dicen mucho. No hace nada que no haya hecho durante toda su vida y es lógico que todo lo que haga suene bien.
Pero dejando de lado el Time out of mind, no creo que sus últimos discos sean obras maestras ni de lejos, como todo el mundo parece apuntar.

Esta es una forma como otra cualquiera de desmitificar al hombre, en pos de una defensa a un grupo que no necesita defenderse. Sus canciones bastan.
Pero creo, no necesario, sino interesante ponerle un poco de mala leche al asunto con tal de enterrar la eterna comparación que arrastran los Felice.

Esto es como aquello de los Stuches. Yo admiro a Dylan, pero los únicos mitos que conozco y en los que creo salen conmigo de jarana.

Prometo escuchar al viejo Dylan más a fondo. Lo que he oído del último me ha gustado.

Abrajo!