Hay costumbres que no por cotidianas dejan de ser extraordinarias, auténticos placeres de los que es imposible hartarse. Un hecho que a lo largo de tantos años se ha convertido en una bendita costumbre es tener nuevo disco del coloso canadiense cada poco tiempo. Además, no sólo hay que celebrar su inagotable capacidad creativa, también la valentía y el pulso con el que se mete y sale de proyectos tan personales como Le Noise, un proyecto innecesario, arriesgado y genial.
Para ello, el tito Neil se alía con el productor Daniel Lanois y entrega uno de sus mejores discos en años. Grandes canciones y magníficas melodías ejecutadas impecablemente es lo que se puede encontrar en Le Noise. El sonido de las guitarras que este señor puede sacarse de la manga es único, nadie galopa como él entre distorsiones ya sea acompañado o en solitario como es el caso y Lanois lo sabe, explotando ese trepidante sonido para crear paisajes sónicos bárbaros.
El disco se abre con "Walk with me" perfecta introducción a lo que va a ser el sonido del disco, sombras, ángulos, oscuridad… en la que Neil recita un desolador: “I lost some people I was travelling with me”, verso que con la reciente pérdida del bueno de Ben Keith, duele. "Sign of Love" continúa la senda abierta, un buen tema impregnado de tonalidades que no desentonarían en aquella maravilla llamada Ragged Glory.
El tercer corte, "Someone’s Gonna Rescue You" comienza con un vertiginoso riff marca de la casa, a partir de este punto el disco me parece una delicia y cuando llegamos a "Love and War" ya es irrebatible que lo ha vuelto a hacer. "Love and War" es un tema acústico arrebatadoramente hermoso, en un principio el disco entero iba a ser acústico, imagino que en esta línea, ni que decir tiene que hubiera sido una preciosidad de pero la obra que han conseguido enhebrar finalmente Lanois y Young me parece un obra única, especial y excelente. Una macabra banda sonora que quedaría genial por ejemplo en un film como La Noche del Cazador. Terroríficos recovecos, paisajes en blanco y negro apabullantes, voces de ultratumba, electricidad desbocada, lo dicho, una barbaridad.
Esa electricidad desbocada luce impresionante en los siguientes cortes "Angry World" y "Hitchhiker", esta última solía tocarla en los tiempos del Harvest Moon en acústico y en ella Mr. Young revisa su pasado y su relación con las drogas. "Peaceful Valley Boulevard" es la otra canción acústica que presenta Le Noise. 7 evocadores minutos de los que podemos decir es una de las mejores composiciones que ha sacado en décadas donde Neil canta cuidadosamente llegando a acariciar almas. Completa y cierra la atmosférica y angustiosa "Rumblin’".
No puedo dejar pasar la ocasión al hablar de Neil Young de recomendar una visita a ese gran bar que es el HEY HEY MY MY, que han abierto unos colegas de puta madre, en la calle Azacayas de Granada (entre Gran Vía y calle Elvira). Porque un local con ese nombre, ese logo y la gente que lo lleva es un lugar a reivindicar. Porque un sitio donde te recibe Hank Williams, en donde se rinde tributo a Kris Kristofferson, los Cramps o Willy DeVille es un sitio especial, un lugar donde las mesas te miran con portadas como el American Beauty de los Grateful Dead o el At Fillmore East de los Allman está llamado a ser un sitio donde disfrutar de los grandes placeres de la vida, donde coleccionar vivencias y experiencias. Un sitio fetén donde la cerveza sabe mejor.
Volviendo al Neil Young de carne hueso, al mito y leyenda, es un verdadero lujo que siga entregando discos cada poco y si son como Le Noise la experiencia es una auténtica maravilla. El reverb si reverb dos veces bueno.
Por mED Vega (Provolone)
Para ello, el tito Neil se alía con el productor Daniel Lanois y entrega uno de sus mejores discos en años. Grandes canciones y magníficas melodías ejecutadas impecablemente es lo que se puede encontrar en Le Noise. El sonido de las guitarras que este señor puede sacarse de la manga es único, nadie galopa como él entre distorsiones ya sea acompañado o en solitario como es el caso y Lanois lo sabe, explotando ese trepidante sonido para crear paisajes sónicos bárbaros.
El disco se abre con "Walk with me" perfecta introducción a lo que va a ser el sonido del disco, sombras, ángulos, oscuridad… en la que Neil recita un desolador: “I lost some people I was travelling with me”, verso que con la reciente pérdida del bueno de Ben Keith, duele. "Sign of Love" continúa la senda abierta, un buen tema impregnado de tonalidades que no desentonarían en aquella maravilla llamada Ragged Glory.
El tercer corte, "Someone’s Gonna Rescue You" comienza con un vertiginoso riff marca de la casa, a partir de este punto el disco me parece una delicia y cuando llegamos a "Love and War" ya es irrebatible que lo ha vuelto a hacer. "Love and War" es un tema acústico arrebatadoramente hermoso, en un principio el disco entero iba a ser acústico, imagino que en esta línea, ni que decir tiene que hubiera sido una preciosidad de pero la obra que han conseguido enhebrar finalmente Lanois y Young me parece un obra única, especial y excelente. Una macabra banda sonora que quedaría genial por ejemplo en un film como La Noche del Cazador. Terroríficos recovecos, paisajes en blanco y negro apabullantes, voces de ultratumba, electricidad desbocada, lo dicho, una barbaridad.
Esa electricidad desbocada luce impresionante en los siguientes cortes "Angry World" y "Hitchhiker", esta última solía tocarla en los tiempos del Harvest Moon en acústico y en ella Mr. Young revisa su pasado y su relación con las drogas. "Peaceful Valley Boulevard" es la otra canción acústica que presenta Le Noise. 7 evocadores minutos de los que podemos decir es una de las mejores composiciones que ha sacado en décadas donde Neil canta cuidadosamente llegando a acariciar almas. Completa y cierra la atmosférica y angustiosa "Rumblin’".
No puedo dejar pasar la ocasión al hablar de Neil Young de recomendar una visita a ese gran bar que es el HEY HEY MY MY, que han abierto unos colegas de puta madre, en la calle Azacayas de Granada (entre Gran Vía y calle Elvira). Porque un local con ese nombre, ese logo y la gente que lo lleva es un lugar a reivindicar. Porque un sitio donde te recibe Hank Williams, en donde se rinde tributo a Kris Kristofferson, los Cramps o Willy DeVille es un sitio especial, un lugar donde las mesas te miran con portadas como el American Beauty de los Grateful Dead o el At Fillmore East de los Allman está llamado a ser un sitio donde disfrutar de los grandes placeres de la vida, donde coleccionar vivencias y experiencias. Un sitio fetén donde la cerveza sabe mejor.
Volviendo al Neil Young de carne hueso, al mito y leyenda, es un verdadero lujo que siga entregando discos cada poco y si son como Le Noise la experiencia es una auténtica maravilla. El reverb si reverb dos veces bueno.
Por mED Vega (Provolone)